Delegado en la picota

La filtración del video del zipizape de Benjamín Hurtado Aguirre con personal de seguridad y gerencial de empresa de carnes, para unos representa el arranque de actividades tenebrosas al interior de MORENA, conocido como el mal llamado “Fuego Amigo”, aunque para otros simplemente se trata de una manifestación de una persona embrutecida. 

La primera hipótesis parte de varias confusiones. Que tan reveladora videograbación ocurrió hace varios meses cuando aún estaba a cargo de la delegación Sonora de la Secretaría de Relaciones Exteriores y que se dio a conocer con propósitos chingativos para exhibir no al susodicho, sino a Petra Santos Ortiz, quien hace unos días exhibió a Alfonso Durazo Montaño como un chapulín oportunista. 

Que se encuadra en la añeja confrontación entre el precandidato de MORENA al gobierno de Sonora y fallido secretario de seguridad federal y el canciller Marcelo Ebrard desde que como militantes del PRI uno era parte del equipo de Luis Donaldo Colosio y el otro de Manuel Camacho durante el cruento proceso electoral de 1994. 

Que en MORENA no habrá misericordia ni se tomarán prisioneros en la lucha por la definición de la candidatura más importante en disputa para la elección del 2021 y que Santos Ortiz es la víctima en turno de ese fuego amigo que pretende allanar el camino para que el de Bavispe satisfaga sus ambiciones político-electorales, a pesar de resultar un fiasco en su actual responsabilidad. 

Sobra la fallida gestión y el fiasco no debe haber ninguna duda, aunque la trama fundamentada con las intemperancias alcoholizadas de Hurtado Aguirre carece de sustento, ya que ha quedado claro que contrario a las versiones periodísticas marginales de hace meses, hasta ahora se mantiene como delegado de la SRE en Sonora y carece de veracidad que en dicho cargo se encuentre Ignacio Cabrera. 

Por ende, queda claro que la videograbación no había estado guardada desde meses, ya que el mismo delegado confirmó que los hechos ocurrieron este pasado fin de semana, o sea, deja sin efecto la tenebra de oportunidad que se adjudica a la administración de Célida López Cárdenas con el fin de dar un canillazo al alicaído Durazo Montaño frente a la embestida de Santos Ortiz, quien en todo caso, durante todo el zipizape, trató de calmar al briago. 

Desde nuestra humilde perspectiva, la divulgación del lamentable espectáculo de Hurtado Aguirre, más que desnudar las pugnas internas de MORENA, exhibe el paupérrimo y rústico nivel político y personal de quienes con la 4T han escalado posiciones burocráticas, aunque eso no impide que facciones de ese partido pretendan aprovechar tales intemperancias para ayudar a su gallo. 

Miren, al Benjamín lo conocemos desde hace muchos años desde que metió en el ataúd a la legendaria Unión de Colonos de la Costa de Hermosillo y que como militante del PRI buscó infructuosamente ser diputado local y luego federal como presidente de la Federación Nacional de Colonos Agrícolas; luego como militante del PRD y después como burócrata de la 4T, gracias a su cercana relación con el canciller Ebrard. 

No sobra decir que también conocemos desde hace muchos años a la Santos Ortiz, de quien también sabemos lleva una cercana y afectiva relación política y personal con su incómodo amigo, a la vez de mantener, al igual que Hurtado Aguirre, ríspidas diferencias con la nomenclatura de la 4T que comanda el superdelegado Jorge Taddei Bringas. 

En términos prácticos y aparte de teorías conspirativas, hay hechos indubitables respecto a la autoritaria y pretenciosa conducta del funcionario federal que se advierten en la videograbación aludida y ratificada a lo largo de una entrevista en radio, en donde se escuchó quizás más embrutecido que dos días antes en la carnicería. 

En dicha interacción, Hurtado Aguirre se dio el lujo de acusar de narcomenudeo a la alcaldesa de Hermosillo; no solo se negó a ofrecer disculpas por su lamentable conducta, si no que exigió disculpas de la presidenta municipal, a pesar que pudo eludir sanciones por la intervención de Sergio Ramírez, secretario particular del comisario de seguridad capitalina, Gilberto Landeros Briceño, al ordenarse que hasta fuera custodiado por una patrulla hasta su domicilio, con la aclaración de que Santos Ortiz condujo el vehículo por andar “más sobria”. 

Por cierto, no hubo parte informativo respecto a la conducta del ebrio y escandaloso en vía pública y solo se ha manejado una nota informativa para conocimiento de la superioridad sobre lo ocurrido, donde se detalla la secuencia de los hechos, los cuales distan mucho de su incoherente versión posterior. 

En fin, ese rústico evento y sus derivados, cierto que ratifican la precaria condición mental del delegado de la SRE; exhiben a Santos Ortiz con muy poco tino para escoger a sus amistades y mecenas y prueba que en MORENA no se reservan el derecho de admisión y otorgan posiciones burocráticas sin evaluar perfiles ni capacidades. 

Por supuesto que la tribu incondicional a las ambiciones de Durazo Montaño ya trata de explotar ese feo espectáculo donde tuvo parte su presunta adversaria por la candidatura a la gubernatura, a pesar, que, como decíamos, durante el zipizape callejero ella siempre estuvo procurando calmar al briago, quien, para colmo, hasta la llamó gorda durante entrevista radiofónica, o sea, si la filtración de ese material fue para perjudicarla, pues les falló. 

Respecto a la actuación de la policía preventiva, queda claro que se otorgan consideraciones a ebrios y escandalosos en vía pública tratándose de funcionarios públicos, sin importar que haya denuncias de particulares, toda vez que todo indica que prevaleció el criterio de la ausencia de conducción punible y por ello no requirió detención, lo cual no deja de ser un privilegio reservado para iniciados influyentes. 

De ese merequetengue también se aclara, que contrario a la percepción que se genera desde las redes sociales, Jacobo Mendoza Ruiz se mantiene como dirigente estatal de MORENA, ya que desde esa posición, se deslindó de las broncas de su compañera de partido y de quien, aseguró, no está registrado como militante. 

“Vi el video, pero la verdad no tengo opinión; me la reservo porque no es un hecho que amerite mi opinión como dirigente estatal de MORENA”, declaró Mendoza Ruiz, al que creíamos ya desplazado de esa dirigencia por Adolfo Salazar Razo, quien desde hace un año hace talacha y se mueve por todo el estado como si él fuera el meramente, y debe serlo, pero de facto. 

En otro tema, vaya el sacrificio, el esfuerzo solidario, vocación de servicio y voluntad en favor del prójimo de parte del personal sanitario, enfermeras, enfermeros, doctores, doctoras, personal de intendencia, laboratoristas y demás que dan la pelea a diario en centros y clínicas de salud del primer frente para contener la expansión de la pandemia del Covid-19. 

Todo ese marco debería ser tomado en cuenta por presuntos influyentes que por tener un cargo de medio pelo en la estructura de gobierno o de la Secretaría de Salud, se aparecen exigiendo atenciones inmediatas de forma prepotente y autoritaria, sin importar que haya comunes mortales cumpliendo con los protocolos y el listado de quienes esperan se les aplique la prueba. 

Debe ser frustrante el que mientras el secretario Enrique Clausen les extienda reconocimientos diarios a sus esfuerzos que han hecho un éxito el programa Anticipa, lleguen prepotentes con pretensiones de avasallar y humillar alegando influencias para exigir atención inmediata. 

Y a estas horas de la tarde no tenemos nada de material respecto a la reunión de la Conferencia Nacional de Gobernadores, en el marco de la primera reunión del presidente López Obrador con todos los mandatarios estatales y solo sabemos que en la distribución de la gran mesa, nuestra gobernadora Claudia Pavlovich estuvo flanqueada por la secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero y el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, en tanto que en la foto oficial, estuvo en primera fila. 

Seguramente ya en el despacho de mañana tendremos material de sobra, pero por lo pronto, salimos debiendo sobre ese tema.