Todos los que integramos la sociedad en algún punto de nuestra vida buscamos la libertad, esa que da la independencia, tomar nuestras decisiones, entrar y salir de casa conforme a nuestro trabajo y compromisos sin que nadie nos diga nada, en una palabra no sentir ataduras. Será por esa razón que las relaciones “amorosas” duran poco? Porque la realidad es no sentir ni tener compromiso con alguien?
Las modas, los estándares que impone la sociedad, la publicidad, la comercialización de productos y servicios para lograr un estatus, nos bombardean minuto a minuto para adquirir y subir de nivel…..los que van anestesiados por la vida, compran ese boleto, y yo me pregunto de que nivel hablan? O aquellos comerciales que hablan de “niñas bien”. Que crueles somos los que formamos la sociedad, clases, niveles, aprobaciones, etiquetas, esas que siempre imponemos para aceptar a alguien en nuestro círculo y darle los beneficios de nuestra “amistad”.
Y en ese camino de la libertad me encuentro con jóvenes, mujeres emprendedoras y profesionales que están atados a una tarjeta de crédito, aparentando ser de otro nivel.
Tener el teléfono de la manzanita, me hace más importante o con más poder, cuando lo único que alimenta es el “Ego”, y traer la bolsa de marca que cuesta miles, para subirse a un uber y seguir llenando la tarjeta de crédito.
Enfocarnos en ser libres es precisamente eso, decidir que me conviene o no? Sin atarme no a la casa paterna, o a una relación, es liberarme de prejuicios, de creencias limitantes, de fluir en las emociones y no sentir envidia, resentimiento, ni coraje, porque alguien consiguió un nuevo puesto, y enseguida tratar de copiar.
El camino de la libertad me permite ser un espíritu libre; en el amor es suma de voluntades, no convencionalismos sociales, es dar todo lo que hay en mí y compartirlo contigo. Es ver a los ojos a las personas y sin pensar en su nivel económico e identificar en sus ojos a ese ser que tuvo un sueño, una ilusión y por alguna razón se perdió en el camino.
La libertad es quitar la venda de los prejuicios, y sentir empatía, y compasión por el desfavorecido, es dejar un “Wow”, porque sorprendí a una persona con un saludo por su nombre, o porque le llevé una bolsa con alimento, así como también porque dije una palabra amable y de aliento.
La libertad del ser permite identificarme con el alma de un niño que ríe y juega, y entrar en su mundo de fantasía, como lo tuvimos alguna vez nosotros.
Desconozco querido lector la definición que tenga usted de libertad, sea esto una reflexión para medir su nivel de “Felicidad” y “Libertad”, en que están basadas, en las cosas materiales, modas y estándares, o en liberar el espíritu buscando el camino del bienestar y la paz.
La última palabra la tiene usted, y es válida, cada uno mide el nivel de satisfacción con base a los resultados de paz, bien-estar, equilibrio y coherencia en su vida, y quizás su camino hacia la libertad sea el correcto así como lo está llevando…
Cuando no se tiene libertad de pensamiento, desconocemos nuestros valores, virtudes, talentos, y adoptamos el pensamiento de otro, aunque ese nos lleve lejos de las metas personales, y de nuestra única y original forma de ser, permitiremos condicionamientos sociales, que nos impacten hasta perder el equilibrio emocional, financiero, y hasta familiar, entrando en el bucle de conflicto y de desaprobación; cuestionándonos en que momento me perdí?, solo así nos volvemos observadores y despertamos la consciencia, esa que en realidad nos da la libertad de ser.
“Si no tienes la libertad interior, ¿qué otra libertad esperas poder tener?
Arturo Graf
Hasta Pronto!!
Gaby Olivera.
