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En el PAN, sólo Chuy y Andrés podrían hacer la hombrada.- Los dirigentes azules no deben olvidar que están contra el paredón de la historia.- Por eso requieren candidatos surgidos del pueblo

Bernardo Elenes Habas

En el PAN Cajeme, su dirigente Rafael Delgadillo, construye caminos alegres, y por lo mismo sin sustento, para enfrentar las elecciones del 2018.

Olvida, con suma facilidad, que su partido tiene en contra la historia negra de seis años del “Nuevo Sonora”, con una estela de corrupción imborrable, heredada por Guillermo Padrés y sus colaboradores.

Los proyectos que expone para enfrentar el proceso electivo que viene, y que se instalará oficialmente en septiembre próximo, son -consideran algunos observadores políticos-, incorrectos.

Me comentan que ante las circunstancias que vive el instituto azul, sus líderes deben manejar, desde ahora, una verdadera estrategia extrema, de emergencia. Porque, aunque no lo crean y consideren que están superando los vendavales de agravio que sufrieron los sonorenses, su partido sigue contra el paredón de la historia, y se encargarán de fusilarlo a través de las campañas negras que se desatarán sin control, a finales de este año y el próximo. Por ello la importancia de nominar candidatos con huella social y humana reconocida y apreciada por la ciudadanía, quienes se convertirían en valladar para detener los ataques.

Y, sopesando los activos con que cuenta el PAN, solamente sobresalen dos cartas mayores con huella política, social y humana, para contender en el proceso electivo próximo, con posibilidades de triunfo: Jesús Félix Holguín y Andrés Salas Sánchez.

En los casos de Julio Cibrián y Beatriz López Otero, mencionados por Delgadillo Barbosa, éstos carecen de trayectoria en Cajeme, no los identifica parte de la militancia de su propio partido, menos la ciudadanía libre.

Y en lo referente a buscar que Rodrigo Bours lleve la bandera panista, se percibe difícil, porque no aceptaría el clan Bours una estrategia de este calado, considerando que ellos van por la candidatura y la alcaldía a través del PRI, calculando la apertura de caminos por la gubernatura en el 2021.

Todo buen general revisa sus pertrechos y a los combatientes de primera línea, antes de entrar en combate. Me comentan viejos lobos de la política.

Y agregan:

El PAN tiene la oportunidad de hacer una campaña alegre y limpia, llevando a dos personajes ampliamente identificados al frente: Chuy Félix y Andrés Salas. El primero por la alcaldía, el segundo por la diputación federal. O viceversa.

Su presencia en barrios, colonias, comunidades, sería de doble impacto: Voz y rostro de los cajemenses en el Ayuntamiento. Voz y rostro de los cajemenses en el Congreso de la Unión. Vertebrando alternativas. Construyendo los puentes que hasta ahora es difícil transitar, para que llegue el progreso.

Y tienen razón mis amigos observadores del devenir político y social de Cajeme, a quienes les tocó vivir la época del “contrerismo”, pero que, también fueron actores del progreso de su comunidad muchas veces.

El PAN tiene que jugarse el resto en las elecciones que vienen, con alianzas o sin ellas. Pero llevando a la cabeza candidatos identificados con el pueblo. Capaces de demostrar que hablan su idioma. Que conocen sus penurias. Porque de ahí provienen.

Sólo Chuy y Andrés, podrían hacer esa hombrada.

Le saludo, lector.

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