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Falta a la reforma, Revocación de Mandato.- La ciudadanía necesita, también, leyes con qué defenderse de los agravios de representantes populares, por ello la importancia de promover normas completas

Bernardo Elenes Habas

No deben ser, los ciudadanos, rehenes de representantes populares a quienes eligió para que se constituyeran en su voz y su rostro en el parlamento local y demás cargos públicos.

Se convierte en injusticia desmedida, en engaño cruel, que los integrantes de la clase política denigren ese importante quehacer, con doble cara y doble conducta en sus comportamientos.

Nadie olvida la forma en que se conducen durante las campañas. Solícitos, comprometiéndose a servir a sus comunidades. Demostrando que para ellos, luego de lograr los cargos públicos ansiados, no habrá imposibles, ni fatigas, ni puertas que se cierren para cumplir a sus comunidades, a su gente.

Es, sin duda, la faceta simpática y noble de los candidatos y candidatas de todos los partidos -izquierda, derecha y centro-, durante sus etapas de campaña. Recorren caminos y calles. Tocan puertas. Abordan unidades del transporte urbano. Abrazan a los niños. Regalan playeras y gorras con sus nombres, siglas y colores. Comen en los tianguis. Van, con voluntad inquebrantable, a cerciorarse personalmente de las denuncias que hace la gente sobre espacios que representan peligro para la salud, el medio ambiente o la integridad física.

Pero esos desplantes voluntariosos y amables, se pierden en la mayoría de ellos, cuando logran sus propósitos electorales y pronuncian el sí protesto, para cumplir y hacer cumplir las leyes.

No regresan a sus Distritos. Se olvidan de sus promesas sociales, las verdaderas, de forma y fondo; y lo peor, sus capacidades legislativas las ponen al servicio de sus partidos, sus grupos poderosos y, por supuesto, de sus intereses personales, porque son capaces de subastar sus votos ante iniciativas importantes, como sucedió con Mónico Castillo, en los tiempos gubernamentales del boursismo, o como se vivió la experiencia de la diputada perredista Hilda Alcira Chang, que apoyó el paquete de impuestos de Guillermo Padrés en el 2013, sólo por citar dos ejemplos.

En base a esos comportamientos incongruentes de quienes se comprometen a través de su discurso a servir, pero traicionando sus promesas en los hechos, es preciso que la ciudadanía exija en tiempos de elecciones a los aspirantes a todos los cargos y de todos los partidos, que garanticen por escrito que promoverán la revocación de mandato, para que aquellos que no le cumplen a su comunidad, a su tiempo y a su historia, se vayan, por ley.

Bien harían los habitantes de demarcaciones y municipios, en exigir a quienes se postulen en el futuro (está cercano el 2018), a exigirles por escrito, dos cosas: 1.- Que entreguen un oficio firmado de que una de sus principales luchas en los parlamentos local y federal, se encaminará a promover con todo y por todo, la revocación de mandato. 2.- Que se comprometen a renunciar a su cargo ante el primer asomo de que no sirven como legisladores, al comprobárseles que su función se vuelve decorativa, aprobando iniciativas de grupos, no las que representen beneficios fehacientes y profundos para las grandes mayorías.

Claro que sería interesante un experimento de esa categoría, donde se compruebe que la fuerza de la sociedad también existe y sabe romper ataduras e inercias. Además, nadie duda que todos los partidos tienen en sus filas ciudadanos muy positivos, quienes poseen la disposición y el compromiso histórico de hacer suya esta propuesta, pero lamentablemente los grupos de poder quieren legisladores a modo y no les permiten llegar.

No sé qué pensarán al respecto, David Galván Cázares, PAN; Gilberto Gutiérrez Sánchez, PRI; Alfonso Durazo, Morena; Dolores del Río, Movimiento Ciudadano, y los demás dirigentes de partidos, incluyendo, por supuesto, a los coordinadores de fracciones parlamentarias, como Epifanio Salido, Luis Serrato Castell, Fermín Trujillo Fuentes.

Recientemente la LXI Legislatura aprobó la propuesta enviada por la gobernadora Claudia Pavlovich, marcando cambios en el Código Electoral, donde se fundamenta el ejercicio de campañas más cortas, limpias, equitativas, menos costosas y sin violencia a partir del 2018; todo ello podría percibirse estupendo, pero sigue faltando que la Ley Electoral se deposite en las manos del pueblo, con un sencillo enunciado: Revocación de Mandato.

Le saludo, lector.

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