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La alcaldía de Hermosillo ha sido, desde hace más de 25 años, una trituradora de carreras políticas. Aun así, sigue siendo el cargo más disputado, después de la gubernatura o el par de escaños en el Senado.

Haciendo un ejercicio de memoria, tenemos que en 1988 ganó el priista Carlos Robles Lostaunau, pero tuvo que solicitar licencia para separarse del cargo, perseguido por el fantasma del fraude electoral de la famosa ‘Operación Manitas’, que finalmente lo condenó al exilio y el ostracismo político.

Lo relevó Edmundo Astiazarán Estrella, que jamás volvió a figurar en boleta electoral alguna.

En 1991 llegó Guatimoc Yberri González en aquella jornada electoral que fue el último vestigio, o lo más parecido a lo que se daba en llamar ‘el carro completo’, cuando el PRI ganaba de todas, prácticamente todas. En la recta final de su administración, el Guaty entró en una confrontación con el gobernador Manlio Fabio Beltrones. Al terminar su trienio su figura desapareció hasta ser rescatado en 2003 por Eduardo Bours, que lo puso al frente del programa denominado Pasos. Hoy está dedicado a su actividad empresarial y no figura en política, al menos abiertamente.

Luego vino Gastón González Guerra en 1994, y al que sólo se le recuerda por el reloj que mandó construir sobre el bulevar Kino, y del que se dice, fue una compensación de una empresa del ramo, a la que el alcalde le habría comprado un lote de relojes carísimos para regalarlos a sus allegados. Gastón desapareció del mapa político.

Le pasó lo mismo al panista Jorge Valencia Juillerat, del que muy poco se sabe en estos días.

Llegó en el año 2000 Francisco Búrquez, que hoy tiene un escaño en el senado, pero eso fue por un golpe de mano mediante el cual le tumbó el primer lugar en la fórmula al Chito Díaz en 2012. Sin ese cuchupo, Pancho Búrquez también estaría fuera de la cartelera política.

María Dolores del Río llegó en 2003 y al término de su administración fue rescatada por su amiga Josefina Vázquez Mota, quien le consiguió un lugar en la lista de diputados federales por una circunscripción en Oaxaca, para mantenerla vigente otros tres años. En 2015 quiso ser candidata a la alcaldía de nueva cuenta, pero el padrecismo rampante le cerró el paso, orillándola a renunciar a su partido. Hoy es dirigente estatal de Movimiento Ciudadano.

Ernesto Gándara es la excepción a la regla. Su administración es calificada como la mejor en todos estos años. Buscó la candidatura a la gubernatura en 2009, pero el boursismo lo bloqueó, haciendo candidato a Alfonso Elías Serrano, que terminó perdiendo frente a Guillermo Padrés. En 2012 aparece como segundo en la fórmula al senado, que encabezaba Claudia Pavlovich, y barren en las urnas a los candidatos del PAN. En 2015 busca de nuevo ser candidato al gobierno del estado, pero el partido decide a favor de Claudia.

Aunque se mantiene a cierta distancia de la política local, Ernesto Gándara es actualmente secretario Técnico del Comité Ejecutivo Nacional del PRI y su vigencia política está fuera de toda duda.

En 2009 llega a la alcaldía Javier Gándara Magaña, que en 2015 buscó la gubernatura, perdiendo estrepitosamente frente a Claudia Pavlovich. Le siguió Alejandro López Caballero, cuya administración terminó en medio de fuertes cuestionamientos por malos manejos administrativos, pero además, conflictuado con sus correligionarios panistas, quienes lo acusan de haber entregado la plaza al PRI.

Sirva este breve recuento para ilustrar lo que parece una paradoja: siendo la tumba política de la mayor parte de quienes han pasado por la oficina más refrigerada de Palacio Municipal, sobra quienes la sigan buscando con especial ahínco.

Faltan varios meses para que se abra, oficialmente, la temporada electoral y comiencen los procesos de selección de candidatos. Sin embargo, en los principales partidos (Hermosillo sólo ha sido gobernado por el PRI y el PAN) ya se velan armas para disputar la candidatura.

Por el lado del PRI aparecen tres hombres y dos mujeres: Flor Ayala Robles Linares y Kitty Gutiérrez Mazón; Ernesto de Lucas Hopkins, Ulises Cristópulos Ríos y Epifanio Salido Pavlovich.

El que parece haber adelantado más sus piezas en el tablero es el secretario de Educación, un político joven que ya ganó una complicadísima elección para diputado federal en Hermosillo; ha ocupado cargos en el gobierno federal y comenzó este sexenio como titular de la SEC, donde ha sabido remar contra la corriente del magisterio disidente, sacando adelante el tema de la evaluación del desempeño docente.

Más aún, en esa materia Sonora destacó en este año por haber pasado del penúltimo lugar, al primero. Hace un par de semanas, Ernesto de Lucas anunció un programa elaborado por investigadores de la Unison para transparentar el proceso de selección de profesores candidatos a ser evaluados, mediante un software que garantiza equidad e imparcialidad, eliminando suspicacias sobre sesgos políticos.

De hecho, el propio Aurelio Nuño, secretario de Educación Pública federal, citó este mecanismo implementado en Sonora, como ejemplo que puede retomarse para ser aplicado en todo el país.

El que tampoco ha dejado de picar piedra es el diputado federal Ulises Ciristópulos, que ha desarrollado un intenso activismo en tierra por las colonias de Hermosillo; trabajos de gestión y cabildeo que le han redituado un importante posicionamiento electoral.

Ulises es un candidato ganador (ya se impuso al PAN en una diputación local y una federal, en una plaza tan difícil como Hermosillo); recientemente participó como delegado especial en el Estado de México, para colaborar en la estrategia electoral y trabajo territorial durante la elección que ganó Alfredo del Mazo.

De hecho, fue llamado para colaborar en el equipo de transición del candidato ganador, que por cierto, como presidente de la Comisión de Presupuestos en la cámara federal, siempre tuvo en Ulises, como secretario de esa comisión, el verdadero caballito de batalla en esos temas.

Epifanio Salido Pavlovich es el coordinador de la bancada priista en el Congreso local, cargo que ha desempeñado con pulcritud y eficiencia, sacando adelante todas las iniciativas que se le han confiado. Ha sabido salir airoso de temas complicados como los relativos a los paquetes presupuestales 2015-16 y 2016-17, donde demostró una buena mano izquierda a la hora de pactar con otras fuerzas políticas.

En 2012 compitió contra Alejandra López Noriega por el distrito 3. Obtuvo una mayor cantidad de votos, pero le tumbaron la diputación federal en tribunales, al descontarle cientos de boletas que habían sido cruzadas por dos opciones (la del PRI y la del PVEM, con el que iba en alianza).

Flor Ayala ha sido diputada local dos veces, y una más, diputada federal. Es una mujer muy preparada académicamente y una de las que mejor entiende el tema de la administración pública, sobre todo en el rubro de finanzas y presupuesto. Está más que apuntada.

También ha manifestado su deseo de contender por la candidatura a la alcaldía la diputada local Kitty Gutiérrez Mazón, que salió airosa de su primera incursión en política electoral, y ha venido aprendiendo mucho en su paso por el Congreso.

Hay quien sostiene que por las nuevas reglas de la legislación electoral, que obligan a los partidos a postular a hombres y mujeres en proporción igualitaria (50-50), y por el hecho de que Sonora es gobernada por una mujer, las féminas llevan ventaja.

Sin embargo, la propia gobernadora ha dejado claro que a la hora de la selección de candidatos y candidatas, el partido debe privilegiar antes que nada, el criterio de que participen quienes garanticen más votos.

En el PAN las cosas lucen un tanto más complicadas. Aunque el PAN tiene un voto duro significativo y sea el principal receptor del voto anti-PRI, las últimas dos administraciones minaron mucho su credibilidad. El resultado en 2015, cuando el Maloro se impuso con más de 50 mil votos a Damián Zepeda les provocó un trauma del que todavía no se reponen.

Como nunca antes, todo parece indicar que el principal enemigo de los panistas lo tienen en casa y deberán hacer un interesante trabajo de concertación interna para limar asperezas y sanar heridas. Con un agregado: la estela de corrupción del padrecismo ha salpicado prácticamente a todos, especialmente a quienes se mantienen en cargos de dirección y puestos de elección.

Se han manejado tres nombres con mayor insistencia: el del diputado local Luis Serrato Castell; el del senador Héctor Larios Córdova y más recientemente el de Edmundo García Pavlovich.

Luis Serrato es el coordinador de la bancada panista en el Congreso local. Un político joven que ya ha ganado elecciones tanto en el plano local como en el federal; pertenece a la cuadra de Francisco Búrquez y ha ocupado cargos importantes, como la delegación de la SCT. En el último tramo del padrecismo fue llamado a colaborar en una especie de enlace con medios de comunicación, donde pasó sin pena ni gloria.

Héctor Larios ha ganado dos diputaciones, una local y una federal por la vía de los votos, y ha llegado a la Cámara federal y al senado por la vía plurinominal. Es un político inteligente y colmilludo, lo que le ha valido coordinar bancadas tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado. Tiene buena mano izquierda y sabe pactar políticamente. Quizá sea el político más completo con el que cuenta el PAN en estos momentos.

Comenzó el sexenio de Padrés como secretario de Gobierno, pero no duró mucho allí. De todos es conocida la historia como el ave de tempestades que fue Roberto Romero López operó para sacarlo y quedarse en su lugar. Antes que un punto en contra, eso obra a favor de Larios, porque finalmente tomó distancia del desastre padrecista. Hoy Roberto Romero está detenido en Estados Unidos, y Larios puede aspirar a la candidatura por la alcaldía.

El tercero es Edmundo García Pavlovich. Se desempeñó como sub secretario de Economía en el gobierno de Padrés, pero siempre mantuvo un bajo perfil y no tiene encima acusaciones de corrupción, ni tache como funcionario público.

Como candidato no ha tenido suerte. Perdió una diputación local frente a su prima, Claudia Pavlovich, y una federal frente al Pato de Lucas.

Su principal activo puede ser, precisamente, el hecho de que no se le vincula tan directamente con el equipo de Guillermo Padrés.

II

Hoy al filo de las 12:00 horas, Enrique Fernando Velázquez Contreras rendirá protesta como rector de la Universidad de Sonora para el periodo 2017-2021. La cita, en el auditorio Emiliana de Zubeldía. Estará presente la gobernadora del estado, Claudia Pavlovich Arellano.

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