PrevencionEmbarazo
Lactanciapornostros4
Capturadepantalla2023-02-13alas213814
Capturadepantalla2023-02-13alas214531
Capturadepantalla2022-09-12alas043937
Capturadepantalla2023-02-13alas215907
Capturadepantalla2023-02-13alas220711
previous arrow
next arrow

La clase trabajadora recuerda la raíz de sus luchas.- Exige justicia y más justicia, pero nadie la escucha.- ¿Por qué no abrir un debate permanente e histórico para que se cumplan los enunciados de la Constitución y de la Ley Federal del Trabajo?

Bernardo Elenes Habas

La clase trabajadora, recuerda hoy, la raíz de sus luchas.

Cajeme es parte de tan importante efemérides histórica. Las principales calles de la ciudad, serán recorridas por ciudadanas y ciudadanos que aportan su esfuerzo para que funcionen las empresas, instituciones y niveles de Gobierno con efectividad, aunque sacrifiquen el bienestar de sus familias para el logro de resultados que no les son compartidos.

Hoy el núcleo de la CTM, por ignoradas razones, no se suma a las movilizaciones del Día del Trabajo en diferentes lugares del país, incluyendo a Cajeme. Tal vez porque se pone de manifiesto una escisión con el Gobierno que encabeza Enrique Peña Nieto, al no ver favorecidas -los líderes de la otrora vigorosa central obrera- sus demandas de poder en las elecciones intermedias de junio, y en las presidenciales de 2018. O quizás –aunque ésta sería la menos discutible, debido a las grandes capacidades histriónicas de los dirigentes cetemistas-, porque se han dado cuenta, por fin, que de nada sirven las marchas del 1 de mayo, con gritos y demandas, porque al final de cuentas nada se cumple y pasando el Día del Trabajo, todo vuelve a su nivel de siempre; es decir, abusos abiertos o disfrazados contra los trabajadores, comenzando con los miserables salarios mínimos que no alcanzan ni para sobrevivir, quedando en evidencia las promesas de justicia cetemista.

Hoy, alzarán sus voces los obreros. Se harán presentes los mensajes incisivos en pancartas. Las hojas de proclamas volarán de mano en mano, dejando testimonio de exigencias de quienes sienten que a pesar del sacrificio de los hombres y mujeres de Chicago, de los mineros de Cananea, de los trabajadores de Río Blanco, no existe, aún, la equidad plena, porque la realidad y la historia definen como justicia teórica la que está impresa en el texto constitucional y en la Ley Federal del Trabajo; y como injusticia práctica y efectiva, la que se aplica cotidianamente, pan de todos los días.

Hoy, como cada año, las calles se llenarán, momentáneamente, de exigencias para que los salarios se dignifiquen. Brotarán posicionamientos para que las familias de los trabajadores tengan alimento suficiente y vivienda segura junto con prestaciones efectivas, con calidad y calidez en servicios de salud. Hoy, reprobarán “gasolinazos”. Excesivos cobros por los servicios de agua y electricidad. Repudiarán la represión contra los trabajadores mínimos que se ganan la vida en las calles a través del comercio ambulante. Exigirán seguridad, ante una criminalidad desbordada, que afecta a todos.

Pero, después del desfile, el viento barrerá las hojas de proclamas y exigencias. Las lonas con leyendas agresivas serán guardadas para ser utilizadas el año siguiente, porque todos tienen la certeza de que las cosas seguirán igual dentro de 365 días.

Por eso, desde hoy, Javier Villarreal Gámez, Francisco Bojórquez Mungaray, Fernando Millán Harrison, Toño Valdez, junto con dirigentes sindicales y líderes de otras centrales como Ramoncita Flores López, José María Urrea, Néstor Rábago, la clase política y líderes involucrados, deberían abrir, desde Cajeme, un debate permanente de grandes proporciones, para que se cumpla, por principio de cuentas, uno solo de los enunciados del Artículo 123 de la Carta Magna: “Los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos…”.

¿Habrá voluntad para ello, o solamente se acuerdan de la fuerza laboral y sus demandas mágicas por efímeras, cada año, cuando previamente se reúnen para organizar los pormenores de la conmemoración del Día del Trabajo, acto repetido fría y burocráticamente?

Le saludo, lector.

Comentarios