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La ranitidina es uno de los medicamentos más usados en el tratamiento de la enfermedad ácido péptica y reflujo gastro esofágico tanto en niños como en adultos. Es uno de los medicamentos más utilizados a nivel mundial y que otorgan confianza tanto al médico tratante como al paciente llegando a ser auto medicado frecuentemente. Hasta hoy. 

El tratamiento de la enfermedad ulcerosa y la enfermedad por reflujo gastroesofágico a principios del siglo XX consistía en la prescripción de alimentos alcalinos como leche, huevos y puré de vegetales diversos. Más adelante, surgieron preparados como el bicarbonato de sodio que mejoraban la sintomatología pero no prevenían las complicaciones. Cabe destacar que la principal causa de esta enfermedad es el Helicobacter pylori, una bacteria que a escala mundial, tiene gran incidencia y prevalencia; de 20-50 % en adultos de países desarrollados y hasta 90 % en países subdesarrollados. De este porcentaje, alrededor de 10 % desarrollará una úlcera péptica y menos de 1%, cáncer gástrico. Su origen es multifactorial; entre los diversos factores de riesgo figuran: malos hábitos alimentarios, infecciones digestivas por Helicobacter pylori y otras; parásitos intestinales, medicamentos, antecedentes familiares de úlceras y gastritis, quemaduras extensas, hábitos tóxicos como tabaquismo y otras drogas, estrés, envenenamiento, radiaciones, entre otras. Una enfermedad bastante común donde incluso podemos observar malestares en comerciales diversos, ofreciendo productos que pueden ser un alivio antes de acudir a un hospital. Aunque la Ranitidina ha sido ampliamente aceptada como parte de tratamientos contra gastritis gracias a su capacidad de disminuir la acidez en estómago, la Cofepris y tras agencias regulatorias en todo el mundo están iniciando un llamado a la población en general a no consumirla más; a médicos a no recetarla; y a pacientes que ya la usan a buscar alternativas. El problema está en la N-nitrosodimetilamina (NDMA), un químico que se le ha vinculado con la presencia y desarrollo de cáncer, y aunque la sospecha ha estado ahí por algún tiempo, hasta el mes de Octubre la FDA, que es el órgano regulador en Estados Unidos, comenzó un retiro voluntario del medicamento. A principios del mes de Octubre, la  Cofepris informó en México que estaría en proceso de evaluar riesgos por la presencia de NDMA, cancerígeno localizado con anterioridad en Ranitidina, pero que había sido desestimado su riesgo al haberle encontrado en dosis permisibles y no peligrosas. Algo similar al caso Peñafiel y sus niveles permitidos de arsénico. Por su parte, Francia comenzó el retiro de Ranitidina ante hallazgos del carcinógeno. Posteriormente varios fabricantes, entre ellos, Valisure que no la retiró del mercado. Además de haber alertado la FDA en junio pasado sobre NDMA en Ranitidina, donde se asegura que los niveles son “extremadamente altos”, llegando a más de tres millones de nanogramos por tableta. La FDA establece como límite permisible 96 nanogramos de NDMA. En México Cofepris ha asegurado que mantiene comunicación con farmacéuticas para establecer las medidas que garanticen la seguridad del producto. Entre las indicaciones que estableció en sus comunicados enviados a las instituciones de salud fueron: Evitar la compra de medicamentos que contengan Ranitidina, considerar el uso de otros productos de venta libre aprobados, a la población en tratamiento acudir al médico para cambiar su medicación, al personal médico no prescribir medicamentos que tengan Ranitidina, a farmacias y distribudores, suspender la comercialización de todo producto con Ranitidina. 

En 1979 se sintetizó el omeprazol  y se abrieron rápidamente nuevos campos de investigación. Este medicamento ha sido ampliamente utilizado como alternativa a patologías como la gastritis y se ha mantenido entre la población como una opción segura y eficaz. Pero en febrero del 2012, la FDA informó al público que el uso de medicamentos contra la acidez estomacal conocidos como inhibidores de la bomba de protones, entre ellos el omeprazol, pueden estar relacionados con un riesgo mayor de diarrea asociada con Clostridium. El caso es que no estamos muy seguros, pero de cáncer a diarrea, el menor de los males.

Dr. César Álvarez Pacheco

cesar_ap@hotmail.com

@cesar_alvarezp

Huatabampo, Sonora.

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