“No se vayan con la finta”, dijo Claudia.- Esa expresión tiene, por supuesto, varias lecturas con referencia al futuro candidato o candidata del PRI y sus posibles alianzas.- En otros partidos se mantienen Durazo, Astiazarán, Bours, pero están expuestos a circunstancias políticas inesperadas.
Bernardo Elenes Habas
Quince gubernaturas, entre ellas la de Sonora, estarán en juego el año próximo, en un proceso electoral que inicia a partir de septiembre próximo.
Por supuesto, se renovará la Cámara de Diputados, que se considera clave en el funcionamiento de la Cuarta Transformación, o bien, para construirle una barricada legislativa.
Sí, a partir de siete meses se pondrán en marcha las tareas de registro de plataformas electorales por parte de partidos, las luchas internas para definición de candidatos hacia las gubernaturas, incluyendo lo relativo a parlamentos locales, ayuntamientos y legisladores federales. Esto explica con claridad el por qué se vive un aceleramiento entre los integrantes de la clase política de todos los niveles, buscando, incluso con desesperación, ser parte de las batallas que vienen.
En Sonora, pareciera que las candidaturas están prácticamente definidas. Que, como se indica mediáticamente los candidatos serán Alfonso Durazo, Ernesto Gándara, Antonio Astiazarán, Ricardo Bours.
Pero, en ese lapso para llegar a septiembre y luego al 2021, podrían darse circunstancias inesperadas, capaces de cambiar el rumbo de lo que hasta ahora se considera una estructura lógica, lo que demostraría que en política lo que aparentemente es natural, razonable, puede cambiar de un momento a otro.
Durazo Montaño, el secretario de Seguridad Federal, contra lo que se diga, viene sufriendo un desgaste consistente en la conciencia de la ciudadanía, inclusoentre quienes respaldan la 4T; porque es preciso considerar que en Sonora, a pesar del apoyo que registra el presidente Andrés Manuel López Obrador, no existe el fanatismo a ultranza; y sí pervive la autonomía de criterio de la ciudadanía, como se ha demostrado en otros procesos, diferenciando votos o utilizando el sufragio como efectiva arma política para cobrar agravios.
Astiazarán Gutiérrez vive, prácticamente, una encrucijada. A pesar del capital político que posee, para lograr representar al PAN tendría que doblegar al poder encarnado en Guillermo Padrés y su grupo; o bien, quemar sus naves de honestidad reconocida y entregarse a quienes saquearon Sonora durante el sexenio 2009-2015, situación que le restaría solvencia moral y el abandono de muchos de sus adeptos.
Bours Castelo estaría obligado a hacer la hombrada desde Movimiento Ciudadano, instituto que irá como caballo solitario en los comicios que vienen, tal como lo expresara recientemente el coordinador nacional José Clemente Castañeda Hoeflich.
Además, Ricardo podría enfrentar el contrapeso con aroma de mujer que viene construyendo desde su dignidad política agraviada, María Dolores del Río Sánchez. Ella ha resentido ya declaraciones agresivas del cajemense, quien expresó recientemente que la dirigente de MC en la entidad, tiene derecho al pataleo.
De no lograrse acuerdos entre Dolores y Ricardo, con la mediación de la dirigencia nacional de MC, la situación se agudizará en los meses por venir, cuando las campañas de odio alcancen plenitud.
Con respecto a Ernesto Gándara, es notorio que aún no hay nada para él en la estructura de mando del PRI estatal. Sólo el tratamiento respetuoso como militante, sin el menor asomo de que tiene ya a su favor al priísmo convencido.
Incluso, ha surgido ruido para desviar tensiones y demostrar que no es un hecho consumado la candidatura de El Borrego, al mencionarse recientemente el nombre del director del Isssteson, Pedro Ángel Contreras, como posible aspirante.
Esto dio pie a que la gobernadora Claudia Pavlovich, le confiriera vida y alas a la frase “no se vayan con la finta”, ante cuestionamientos de reporteros. Expresión surgida en un contexto indefinido. Lo que provoca lecturas encontradas al sentido que pudiera adjudicársele y que por evidente pareciera lógico.
Para ello, debe de considerarse la existencia y presión de grupos fuertes de priístas que no quieren acciones forzosas aunque parezcan las más naturales. El difícil trayecto político que enfrenta el tricolor no aguantaría un remedo de imposiciones.
Por eso, tal vez, Ernesto de Lucas, dirigente estatal del PRI, dejó entrever a finales del año anterior, que podría haber elecciones abiertas para determinar candidato, mencionando a cuatro sonorenses como posibles participantes: Natalia Rivera, Ernesto Gándara, Rogelio Díaz Brown y Ernesto Pompa.
¿Serían esas declaraciones del Pato, también una finta?
Le saludo, lector.
