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Mensajes

Gilberto Mensajero Armenta

¿Qué está pasando con Morena? 

Pero si soy el mayor de los pecadores, también soy el mayor de los penitentes

Robert Louis Balfour Stevenson

Es la pregunta que muchos se formulan en este momento, luego de una sincronía de hechos entre el actuar del gobierno federal, el del propio partido en mención, y el de las fuerzas políticas que lo han conformado hasta hoy.

En el 2006, Andrés Manuel López Obrador (PRD, PT y Convergencia), pierde ante el panista Felipe Calderón Hinojosa, y entonces surgen cuatro conceptos importantes: fraude electoral, caída del sistema, presidente espurio y presidencia legitima.

En el Zócalo de la Ciudad de México, López Obrador recibe la banda presidencial en manos de la entonces senadora Rosario Ibarra de Piedra, e inicia desde ese mismo 2006 el movimiento lopezobradorista. Ojo aquí, fue primero este movimiento, y después el partido Morena.

Dentro de este movimiento lopezobradorista, Andrés Manuel primero creó la Convención Nacional Democrática, el “gobierno legítimo” y el movimiento en defensa del petróleo y la soberanía nacional. Luego de cinco años de recorridos por todo México, fortaleciendo su carisma como líder político, López Obrador anuncia su Nuevo Proyecto Alternativo de Nación, con la idea de impulsar su candidatura en 2012, y una vez conformados los comités de apoyo a favor de esta causa, nace el movimiento de tintes político-electorales ahora conocido como Morena, que se conforma como asociación civil ante el notario público 128 del Distrito Federal, el 2 de octubre de 2011.

Es importante subrayar que los tres propósitos principales de esta AC eran transformar la vida pública del país, construir un nuevo pacto social para respetar la Constitución y las leyes, y resolver los principales problemas que aquejaban al país, como la pobreza, la inseguridad y la desigualdad social, amen de la corrupción. 

Aquí vale hacer una síntesis: 1.- Se crea Morena como movimiento social, 2.- Morena participa en el proceso electoral de 2012 como la base política propia de López Obrador en alianza con el PRD, el PT y el MC (antes Convergencia) y 3.- Luego de la derrota electoral, se da la ruptura entre AMLO y estos tres partidos para dar origen a Morena como el partido político del lopezobradorismo.

En el desarrollo de estos tres puntos, y en un periodo del 2006 al 2012, López Obrador se constituyó ante sus simpatizantes como un líder convertido en el principal activo político de la izquierda mexicana, y con una innata capacidad para conducir asuntos y políticas públicas, tanto de los gobiernos panistas y priistas en turno, como de todos los partidos politicos operando en México. 

Ante la ciudadanía y seguidores, y de frente a la enorme desigualdad social provocada por los partidos oficiales, AMLO se consolida como una autoridad legitimada por su carisma, que lo convierte en una extraordinaria y atractiva figura politica que logra imponer su propia visión, proyecto y estructura politica, llegándolo a colocar incluso, por encima de los propios estatutos de su partido Morena, y de las reglas de la politica y función pública, funcionen estas o no.

Y aquí es importante volver a la pregunta inicial, ¿Qué pasa con Morena? 

En el 2014, lo que fue una AC con actividad social en apariencia y politica en la práctica, consigue su registro como partido político, y participa como tal por primera vez en las elecciones del 2015, consiguiendo resultados poco alentadores, pero que le fueron suficientes para refrendar su registro con poco más del tres por ciento de la votación a su favor. 

Luego, en el 2018, las dirigencias nacionales de Morena, el PT y el PES – con cierta reticencia en AMLO – deciden coaligarse para enfrentar ese proceso electoral, y la cartera de candidaturas se reparte entre los tres partidos, y consiguen en Sonora, por poner un ejemplo, un histórico triunfo con 20 de 21 distritos electorales locales, las 10 principales alcaldías, las siete diputaciones federales y la senaduría, sin olvidar la presidencia misma de México.

Pero fue esta coalición, que resulto antagónica desde su nacimiento, la que le rompió el cuadro original a Morena, y la transformación de la vida pública, la construcción de un nuevo pacto social y resolver los principales problemas del país, el estado y los municipios, ya no fueron la causa de todos los ganadores de esa elección del 2018.

El error de Morena fue permitir, en ese 2018, la inclusión de perfiles que nunca simpatizaron con el plan político de Andrés Manuel, creado y ejecutado desde el 2006, muchos de los cuales incluso, desde sus partidos de origen, fueron abyectos opositores a él. 

Lo que está pasando con Morena es que ahora no todos sus militantes y simpatizantes ven en AMLO al poderoso líder que los genuinos morenistas reconocieron en ese 2006.

Por eso Andrés Manuel lo dijo y lo cumplirá: Si Morena no se recompone, él recoge los pedazos de partido en los que están convirtiendo su proyecto original, y se los lleva a reconstruir lo que se pueda a otro lado. Lo malo es que ya el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación le dijo al presidente que Morena no le pertenece. Tema para la siguiente entrega.

En el pecado por conquistar el poder a cualquier costo, Morena está pagando su dolorosa penitencia.

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