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La lucha de género, reconocimiento a la capacidad de la mujer, equidad, romper techo de cristal, son movimientos que se vienen gestando desde el siglo pasado, más o menos la década de los 60s, aunque la lucha por votar, y ejercer derechos viene de más atrás. Sin embargo hacer cosas por imitación no es nada bueno, comenzaré por contarte que al asistir a dar una conferencia para mujeres, titulada “Rompiendo mi techo de cristal” ; toqué tópicos como los arriba mencionados, y cuál fue mi sorpresa que muchas mujeres que estaban presentes y se decían luchar por los derechos de la mujer, desconocían el  termino de #SORORIDAD.

En situaciones de crisis, cuando la mujer está en depresión, cuando vas caminando con desaliento por la vida, siempre hay alguien que aparece en nuestro camino, dando apoyo al momento en que atravesamos, conocidas o desconocidas, sin tener algún interés en particular que el de hacerte sentir bien, en darte la mano para tejer entre nosotras algo, y compartir por medio de ese tejido el poder de unas a otras, aun cuando no pertenecemos a la misma región,  o situación, estamos prestas para ayudar y apoyar, sentir el sentir de la otra, identificándonos con esa trama que nos sostiene como género. Las mujeres, madres, hermanas, científicas, empleadas, profesionales, espirituales, políticas y más formamos una gran esfera social que sostiene la solidaridad entre nosotras, esa es la SORORIDAD.

Compartir nuestro poder, la fuerza que nos mueve, ponemos los cimientos y castillos en la familia, teniendo cada una vidas particulares, trasmitiendo lenguas, creencias, roles, sabiduría, en busca de la justicia; convirtiéndonos en compañeras de dolor de madres, esposas, hijos, o bien inspiración de las que vienen atrás, trabajando con las herramientas de la sabiduría interior, más el legado que dejaron las abuelas.

 Haciendo frente a una sociedad con doble moral, y abriendo la puerta para dejar atrás los tabús, en busca de una vida mejor, formando una cadena para ser cómplices sin importar que arriesguemos la vida, por las reglas impuesto de la sociedad.

Que sería de nosotras sin el amor, como amigas, hacemos pactos, somos unión, el amor de identidad de género.

El término SORORIDAD es desconocido para muchos, naciendo en movimientos feministas, para derribar la creencia de la rivalidad existente entre mujeres, rompiendo un mito por la sociedad; dichos muchos, como este: Mujeres juntas, ni difuntas, en la sociedad patriarcal, donde nos segregaron por mucho tiempo hasta en el ámbito laboral, ha sido un camino largo y de mucha lucha hasta hoy en día.

Es la mujer que se tiene que apoyar entre ellas mismas, hacer alianzas, no rivalizar, podemos competir, sin atacar. Existen muchas mujeres importantes en la historia, que han dejado huella en la humanidad, sin embargo, hay otras muchas en tu árbol genealógico que te han trasmitido e inspirado para crecer de manera diferente a ellas, impulsándote para seguir adelante y que sin sus consejos, opiniones, guía,  seríamos versiones diferentes a las que hoy somos. Mujeres inquietas que han sido líderes en las familias y que protegen y cuidan de su clan, aunque viendo a otra mujer perdida, la toman como si perteneciera al mismo.

Vamos pidiendo respeto, equidad de género, somos hermanas de calidad, porque lo hacemos con alguien ajeno a la familia, en el trabajo en la vida diaria.

Somos historias con diferente corazón y apellido, vamos sembrando amor, dejando huella en un mundo de cabeza, lleno de hambre de poder, de conflicto, cuidando el paso de los nuestros y de los otros, de los hijos de ellas, sin conocerlas solo viendo el rostro y la emoción a flor de piel, la sororidad busca cambiar la enemistad entre ellas. Su función se basa en enfocar las necesidades de otras, comunidades, amigas, compañeras, hermanas, hijas, tener intereses comunes y empoderarnos juntas.

Dónde se daba la sororidad, en la familia, las abuelas en la cocina trasmitían sus recetas a las nietas casaderas, las horas del té, la tertulia, y hoy en día hacemos poderosas a otras, las empoderamos; esas que están desfavorecidas, y luchan por sobrevivir, crecer, destacar.

Libertad, expresión y acción llenan nuestros espacios, esos que nos pertenecen y ponemos amor a lo que hacemos, ese espacio la cocina, es el mejor lugar que permite la sororidad, ahí decidimos lo que vamos hacer, no solo con la mejor receta sino en la vida que tenemos. Recordemos  las frases de las abuelas: Las mejores recetas se cocinan a fuego lento, también aplica para la vida.

El proceso de identidad de nuestro género es maravilloso, el resultado es trasmitir sabiduría, a la hermandad, momento de comunión entre nosotras compartiendo lo dulce y amargo, los claro-oscuros de nuestra vida, simplemente empoderarnos.

Es momento de retomar la alquimia de nuestras tradiciones, y no relegar a otras como Tú y como yo, hermanas en la vida, abriendo brecha y dejando huellas para las que vienen, logrando y conquistando espacios, haciendo uso de nuestros derechos, aprendamos bien el término SORORIDAD, que significa “hermana de calidad”,  cómplices en la lucha reconociendo la generosidad de nosotras mismas, sanando la historia familiar para poder hacer alianzas, evitando la envidia para no contaminar la sororidad.

Solo recuerda a las mujeres importantes en tu vida.

Hasta Pronto!!

Gaby Olivera

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