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¿También Juan Leyva quiere ser alcalde?.- ¿Y luego gobernador?.- El PRI, quizás propicia los tiempos de hombres únicos y providenciales, negando los principios de Plutarco Elías Calles

Bernardo Elenes Habas

Todo parece indicar que, al menos en el PRI, estarán vigentes en su mecanismo interno, los tiempos de los hombres únicos y providenciales, aquellos a los que hacía alusión y combatía, Plutarco Elías Calles.

Esto sugiere que la lucha primigenia del fundador del tricolor -Elías Calles-, buscando acabar con la sed por el dominio público de los caudillos provenientes de la etapa revolucionaria, fue siempre, desde su concepción, un estridente fracaso.

Y es que, se puede deducir, que tan singular ambición de poder se perfeccionó con el tiempo, surgiendo generaciones de neocaciques urbanos y rurales, quienes se autodefinen con sus actitudes y argumentos discursivos, como propietarios de la práctica política.

En Cajeme, brotan, y no por generación espontánea, sino con una carga encaminada a provocar reacciones, las especies de que Ricardo Bours tal vez se decida a buscar para sí y no para su ahijado político, Abel Murrieta Gutiérrez, la candidatura priísta y luego la alcaldía del Municipio, en el trienio 2018-2021. Todo ello como preparación visionaria para estar en las boletas por la gubernatura, bañado de pueblo, precisamente al concluir el mandato de Claudia Pavlovich.

En ese mismo tenor, casi simultáneamente aflora la supuesta intención del actual subsecretario de Agricultura en el círculo cercano a la gobernadora Pavlovich Arellano, Juan Leyva Mendívil, de aspirar a la candidatura del PRI por la presidencia municipal de este Municipio de resolanas y sequías, y no manteniendo el apoyo a su protegido, el diputado local Omar Guillén Partida, como se discurría en cafés políticos y comentarios periodísticos, sino para sus parcelas, soñando también en el 2021.

Al parecer, pues, los dueños de los mesones pretenden cambiar de caballo a mitad del río, sopesando, quizás, desde sus ópticas de viejos lobos de la política, que en esta hora es lo que conviene, considerando la supuesta ventaja de que el PRI será enemigo a vencer en las elecciones de junio del 2018, y reconociendo que la gran batalla se concentra al interior de sus siglas desde ahora.

Y, claro, es notorio que existen manos privilegiadas que están interesadas en la construcción de estos aún supuestos escenarios. Extremidades que, me dicen priístas de larga trayectoria, podrían ser las de Claudia-Manlio, y de los Bours Castelo, entre otros, previendo tiempos.

Si así fuere, y considerando que el PRI se convirtiera en enemigo a vencer, sería necesario reconocer un imponderable: Que la sociedad civil sin partido, es mayoría; misma que al descubrir las estrategias que se manejan al interior de un solo instituto político para secuestrar conciencias, podría enfocar sus votos hacia planillas opositoras como las del PAN, Morena, PRD, dando con esa actitud una lección a los “hombres únicos y providenciales”, como ya ha sucedido en el devenir del Municipio, con hitos construidos en su historia reciente por Adalberto Rosas López, Jesús Félix Holguín, Javier Lamarque Cano, Manolo Barro Borgaro…

¿Tropezará el PRI, en su ambición de sólo saber mirarse en el espejo de sus notables, con la piedra de las imposiciones? ¿Dejará que fluya la sangre nueva, las ideas frescas, la visión de un cambio con rumbo? Tal vez, ni el propio Gilberto Gutiérrez Sánchez lo sepa…

Le saludo, lector.

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