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Hermosillo, Sonora, abril 27 de 2019.- Como una escuela de vida considera Alba Rocío Barraza León, al Hospital Infantil del Estado (HIES) y la Secretaría de Salud, donde por 18 años se ha desempeñado como cirujana pediatra con el objetivo de regresar la salud a niñas y niños.

La jefa del servicio de Cirugía Pediátrica compartió que lo que más le gusta de su profesión es la oportunidad de regresar la salud a los niños, poder incidir en que ellos tengan una mejor calidad de vida y evitar que sufran complicaciones.

Resaltó que fue durante su internado de pregrado en el Hospital General del Estado (HGE) de Hermosillo, que descubrió su vocación a la cirugía pediátrica, y la salud por los menores.

Antes de iniciar una operación, dijo, siempre pide ser un instrumento de Dios, para que a través de ella se recuperen de la enfermedad. Esto por los valores humanos inculcados en su familia y su fe cristiana.

“Mi pensamiento al estar delante de un paciente en el quirófano siempre es ser un instrumento, para que sea a través de mí, que Dios regrese la salud a los niños y eso es algo que desde hace muchos años lo tengo muy claro, a veces cuesta un poco de trabajo descubrirlo, la gente que colabora conmigo les puede decir que antes de iniciar la cirugía digo: en el nombre sea de Dios y de María Santísima”, subrayó.

La doctora aceptó que es muy difícil cuando no se puede hacer más por un paciente y se pierde la batalla por su salud, que esas situaciones les permiten a los médicos reconocer sus limitaciones tanto humanas como médicas, es decir, los médicos no son dioses, pero que día a día dan lo mejor por la atención de los usuarios.

Barraza León externó que la cirugía de recién nacidos es algo muy especial en su profesión porque se tiene la oportunidad de atender a alguien que va llegando al mundo y no se trastorne la vida del niño y su familia.

“La cirugía de los recién nacidos es algo que siempre me ha generado una gran pasión porque tienes la oportunidad de atender a un ser que va llegando a este mundo, que nace en ocasiones con un problema muy complejo que puede generarle muchas alteraciones para el resto de su vida y que de alguna forma uno es el instrumento que puede modificar ese padecimiento y puede hacer que eso no trastorne la vida del niño”, declaró.

A las nuevas generaciones de médicos y cirujanos, recomendó nunca perder la buena comunicación con los papás del paciente y buscar que ésta sea efectiva para que no les quede duda y sepan a lo que su hijo se enfrenta con la enfermedad que padece.

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