En 1994 y como si de un contrasentido se tratara, indígenas zapatistas tuvieron que cubrir sus caras para que el mundo entero los viera. Que viera el rostro de la discriminación, la miseria, el hambre.
Fueron parte de un movimiento nacional de consecuencias muy importantes, que impactó en lo político visibilizando la situación de las etnias en el país, induciendo reformas legales y políticas y modificando en muchos sentidos la perspectiva sobre los pueblos originarios.
26 años después, las mujeres tuvieron que desaparecer para que México entero viera aparecer sus demandas históricas: contra la violencia y el feminicidio; por la igualdad y el respeto.
Ayer México entero vivió un episodio inédito. Miles, quizás millones de mujeres desaparecieron de sus centros laborales, de las escuelas, de las oficinas. Y al desaparecer, como si de un contrasentido se tratara, aparecieron en todo el esplendor de su fuerza.
Un día antes habían tomado las calles de todo el país reclamando sus derechos.
No se sabe hasta el momento las consecuencias que en lo económico tuvo el paro de este lunes, pero en lo social y en lo político sin duda fueron muchas y muy importantes, sobre todo en lo que se refiere a la visibilización de las mujeres y sus causas.
Independientemente de las formas, de las diferencias incluso en el conglomerado de mujeres organizadas o no, este movimiento es irreversible y ya consiguió objetivos claros. Quizás no sea el inicio de una revolución como sostienen algunos, pero es evidente que el país ya no será el mismo después de esto.
Las mujeres tienen la palabra y eso habrá de verse en lo sucesivo, con la conquista de espacios en todos los ámbitos; con reformas legales, con el relanzamiento de políticas públicas con perspectiva de género, y con tantas otras cosas que marcan la ruta hacia una sociedad igualitaria.
En lo inmediato, el movimiento feminista hizo en tres días lo que no habían podido hacer en 15 meses los conservadores y fifís (para decirlo en términos presidenciales): arrebatarle la agenda pública a un hombre que cada mañana tiene todo el aparato de Estado y prácticamente todos los medios de comunicación y redes sociales a su disposición para imponer los temas cotidianos.
II
Los que corren no han sido los mejores días para el presidente. La más reciente encuesta de México Elige lo ubica por primera vez por debajo del 50 por ciento en su calificación con 44.9% y con un 47.8% de aprobación.
Un reactivo revelador en esa encuesta es la que alude a la revocación de mandato, al preguntar “¿Quieres que Andrés Manuel López Obrador permanezca o renuncie como presidente?”.
El 48.5% se manifestó por la renuncia y el 47.4% porque permanezca.
Esta es la primera vez que eso sucede.
Interesante saber también que pese a esa baja en la aceptación, Morena sigue al frente en las preferencias electorales con un 40.5%, mientras otras opciones se encuentran muy lejanas. El PAN con 16.8% y el PRI en el sótano con apenas el 6.4%.
¿Cómo explicar la caída en la popularidad del presidente, pero la condición firme de Morena como puntero?
Según los realizadores de la encuesta, eso obedece a que AMLO mantiene un voto duro del 31% y un 9% más de voto ‘blando’ (que “probablemente sí” votaría por él). Sin embargo el voto duro en contra (que seguro no votaría por él) registra un crecimiento hasta alcanzar el 50.5%.
Realmente los acontecimientos de los últimos días en el país han afectado la imagen presidencial, y eso sucede en el momento menos oportuno.
La propagación de coronavirus por el mundo, pero sobre todo la crisis petrolera entre Rusia y Arabia ha golpeado fuertemente los mercados internacionales, impactando gravemente la Bolsa Mexicana de Valores y al peso, que este lunes tuvieron un día negro.
El dólar llegó a rebasar los 23 pesos y se habla de que para resistir la crisis que, ciertamente obedece a factores externos, el gobierno mexicano podría echar mano de los recursos del Fondo de Estabilización, del que ya fueron utilizados 125 mil millones de pesos el año pasado y se prevé que otros 80 mil millones sean utilizados ahora para compensar la caída en los ingresos petroleros.
Sin querer pasar como agorero del desastre, podríamos estar en la antesala de una nueva crisis económica, que sería la cereza en el pastel de estos días aciagos.
III
Pero como no todo son malas noticias debo comentar el sonoro éxito que se anotó el empresario Roberto Lemmen Meyer con la edición 2020 del Festival Internacional del Vino realizado el sábado anterior en San Carlos, donde hasta el clima fue cómplice para una velada inolvidable que disfrutamos más de dos mil personas.
Las mejores casas vitivinícolas de Baja California, Sonora y Arizona montaron sus stands para degustación y venta de sus productos, ofreciendo una impresionante variedad de vinos tintos, rosados y blancos que los asistentes pudieron maridar con una no menos abundante variedad de comidas regionales e internacionales.
Y la cartelera musical, ¡Uffffff! De primera. Arturo Ramfer en un impresionante solo de sax; Bohemia Club Band; DKCH, un cuartero de boleros al estilo de jazz; Son Desierto y su contagiosa salsa acústica; Vino Tinto y para cerrar la noche, el romántico concierto de Francisco Céspedes.
La variedad comenzó a las dos de la tarde y algunos pensamos tomar un receso antes del concierto del cubano, pero el ambiente era tan maravilloso que las horas se fueron sin sentirlas y nadie se movió de sus lugares más que para ir a llenar sus copas.
Una noche redonda, un éxito total, un evento que superó con creces al del año pasado y que pone muy alta la vara para que el de 2021 sea aún mejor, lo cual sin duda sucederá considerando la gran visión de Roberto Lemmen Meyer y la capacidad y experiencia de su brazo derecho, Mauricio Monreal.
¡Felicidades!
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