Si fue el modelo neoliberal o no el responsable de la descomposición social que tiene al país hundido en el peor momento de su historia en materia de inseguridad y violencia, es un asunto que debería ocupar un segundo plano en el debate.
El primer plano tiene que ser, ya, el de las acciones concretas para retomar el camino de la paz.
Y ese camino probablemente sea una ruta cancelada para quienes ya eligieron marchar por la senda del crimen, del machismo y la violencia intrafamiliar, una ruta que quizás no tiene punto de retorno para aquellos que ya normalizaron esas conductas, o peor aún, para quienes han hecho de ellas una forma de vivir, y vivir bien con el dinero obtenido de sus actos criminales.
Es difícil, por no decir risible, que los criminales dejen sus armas y sus acciones a cambio de una beca; que abandonen los balazos y se pongan a repartir abrazos.
El gobierno y la sociedad civil tendremos que volver los ojos a las nuevas generaciones. Apostar por la formación de niños y jóvenes con una nueva visión del mundo, pues son ellos los que estarán construyendo una sociedad distinta a la que nos ha tocado vivir.
Así, aparece correcta la lectura hecha para determinar que a partir del próximo ciclo escolar, el sistema educativo de Sonora cuente con maestros capacitados en contenidos de educación para la salud y educación emocional, herramientas indispensables para enfrentar problemas derivados de la descomposición social.
Se trata de un programa que no debe tener vigencia sexenal, que debe trascender a otros gobiernos, sin improvisaciones y de largo alcance, que ataque temas como las adicciones, suicidios, bullying y otros fenómenos y trastornos sicosociales.
Este anuncio fue hecho por la gobernadora Claudia Pavlovich como parte de las acciones del programa Ponte frente al espejo, validado por la comunidad científica internacional en voz del rector de la Universidad LiberQuaré de Santiago de Compostela, y el doctor Aldo Suarez, ex presidente de la Asociación Psiquiátrica Mexicana.
Elaborar contenidos profesionales en educación para la salud y educación emocional, y transmitirlos a niños y jóvenes es trabajar para el futuro.
Las nuevas generaciones son sin duda, el surco donde debe sembrarse la semilla de la paz.
II
Apenas en el despacho de ayer comentábamos el mal humor presidencial que se carga Andrés Manuel López Obrador después del desencuentro con sus simpatizantes y coterráneos en la meritita Macuspana de sus recuerdos infantiles.
Pues para abrir la semana, Reforma le recetó este lunes una encuesta en la que muestra una dramática caída en sus índices de aprobación y un ascenso preocupante en sus índices de reprobación.
Quizá Reforma no le preocupe tanto al tabasqueño, pues aún le alcanza para descalificar a ese medio por ser conservador y fifí, pero ya cuando Proceso le asesta varios documentados reportajes que muestran actos de presunta corrupción, malos manejos, influyentismos y demás entre su gente más cercana, algo malo debe estar sucediendo.
El caso de Ana Gabriela Guevara es minúsculo frente a la brutal exhibida que le acaban de dar al jefe de la oficina presidencial, Alfonso Romo como el gran depredador del medio ambiente en el sureste mexicano, y principal acaparador y explotador del agua subterránea en aquella región.
A quince meses de su gobierno, Andrés Manuel López Obrador tiene que tomar medidas urgentes para evitar que las malas prácticas de sus colaboradores le sigan abollando la corona del bono democrático. Gobernadores, alcaldes y otros funcionarios de Morena lo están arrastrando en su caída, como quedó claro en Tabasco el domingo. Es obvio que los abucheos de la gente, su respuesta negativa a la pregunta de si estaban recibiendo los programas del bienestar, indican que alguien no está haciendo bien su trabajo. Posiblemente el súper delegado en aquella entidad amanezca uno de estos días sin chamba.
Él mismo admitió en la mañanera de ayer, que su gobierno ha sufrido un desgaste, lo cual es considerado natural, pues no es lo mismo tomar las calles y las plazas para cuestionar a un gobierno desde la oposición (como lo hizo con maestría durante años), a ponerse frente a la gente a defender, ya como gobierno, políticas públicas que no están resultando del todo efectivas.
En descargo hay que apuntar que a pesar de todo, la propia encuesta de Reforma muestra a Morena como la opción política que concita las mayores simpatías rumbo al 2021, aunque eso tenga que ver más con el poco o nulo crecimiento de las preferencias por otras opciones políticas.
Al presidente, sin embargo, le falta todavía sortear las movilizaciones feministas de los días 7, 8 y 9 de marzo, un tema que le incomoda bastante y para el que no tiene un discurso más o menos articulado ya que, como bien dijo la diputada federal Wendy Briseño, a López Obrador le urge una capacitación en materia de perspectiva de género.
La diputada leyó bien la falta de empatía presidencial con la causa de las mujeres y eso es algo que podría constatarse en esos días complicados, de movilizaciones, paros y protestas.
Ya se verá.
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