John Pistole es un hombre que no sólo dedicó más de 26 años al servicio de la seguridad en los Estados Unidos, ocupando cargos muy importantes tanto el interior del FBI como en la agencia de seguridad del transporte en dicho país.
Este reconocido especialista a nivel mundial en temas de seguridad, se dio el lujo de negarle sus servicios al hoy presidente Trump, pero sí aceptó venir con Ernesto El Pato De Lucas a la capital sonorense para trabajar en equipo, en la elaboración de un diagnóstico realista de las principales causas que están originando el robo en las colonias de Hermosillo.
Con esos alcances, ayer circuló en un medio impreso, la imagen donde ya se ve al ex director del FBI y a Ernesto De Lucas, trabajando en coordinación en este importante tema, pues representa nada más y nada menos que la principal demanda de las familias hermosillenses.
Habrá que esperar los tiempos y los resultados del diagnóstico para posteriormente conocer las principales propuestas de El Pato en materia de seguridad y combate a la delincuencia, pero ya se dejó entrever que serán acciones medibles, realistas y realizables para no prometer lo que después no se pueda cumplir.
Así de claro y concreto será el activismo en la campaña de Ernesto El Pato De Lucas, quien no sólo en las encuestas ya aparece muy dominante, sino que también ha impuesto agenda durante este lapso, destacando esta primera visita del ex director del FBI, y otras que, ya se anuncia, serán detonante para Hermosillo en materia de empleo e inversiones. Será cuestión de esperar con qué personajes se reúne El Pato en favor del crecimiento y desarrollo de Hermosillo.
II
Quién habría de decirlo, que el destartalado PAN sonorense vendría a recibir un poco de oxígeno de la boca de un priista como Antonio Astiazarán Gutiérrez, que participa como externo encabezando la fórmula blanquiazul al senado y en los últimos días ha hecho circular fotografías en las que aparece al lado de Cuauhtémoc Galindo Delgado, Luis Serrato Castell y Damián Zepeda; con el Güero Nieves y Gildardo Real, así como Carlos Navarro López, importante cuadro del PRD, que va en alianza con el PAN.
Se ha visto además muy cordial felicitando en su cuenta de Twitter a Ricardo Anaya, el candidato de la coalición “Por México de frente”, y hasta Ramón Corral aplaudió la incorporación de Astiazarán a la fórmula panista que, por cierto, no termina de completarse, pues el segundo sitio sigue siendo el ramo que avienta al aire la novia, pero todas las casaderas en la ronda se agachan para no agarrarlo.
Ese sitio, de acuerdo a las negociaciones del Frente en el plano nacional, le corresponde a Movimiento Ciudadano, que desde hace semanas comenzó a manejar el nombre de Leticia Cuesta, que podría incorporarse como externa.
La directora de Sonora Ciudadana ha estado sondeando opiniones entre sus cercanos para tomar una decisión que aún no llega.
Se trata de una decisión difícil, toda vez que los partidos políticos son una camisa de fuerza a los perfiles ciudadanos, y la ciudadanización de los partidos es un mito. En el caso concreto del PAN en Sonora ha tenido que recurrir a personajes externos porque sus perfiles propios arrastran una fuerte carga negativa y no les dan los números. Con ellos, difícilmente el PAN se metería en la disputa por la primera minoría.
Incluso con el Toñito como candidato, la expectativa para el blanquiazul no es halagadora en un escenario donde la disputa se perfila entre la fórmula del PRI (Sylvana Beltrones-Maloro Acosta) y la de Morena (Lilly Téllez-Alfonso Durazo), que podría recibir la mayor parte del voto antisistema, considerando que Astiazarán puede conciliar hacia dentro del PAN, pero a la militancia panista le temblaría la mano a la hora de cruzar la boleta por un priista.
Dejar la participación en Sonora Ciudadana, a lo que estaría obligada para no contaminar el origen y sentido de esa organización, para ir en pos de una aventura incierta en la que además tendría que abrir frentes personales con personajes en campaña y con funcionarios de gobierno, la meterían en una espiral de confrontaciones que a la postre terminarían erosionando su condición de ciudadana libre, llevándola a plegarse a las posiciones de los partidos del frente que la postularían.
Las campañas electorales son despiadadas y no admiten vacilaciones ni titubeos a la hora de atrincherarse en la batalla. Leticia Cuesta podría estar corriendo el riesgo de quedarse sin el escaño en el senado y sin la autoridad moral para regresar a la lucha ciudadana sin el estigma de su afinidad con los partidos a los que abanderaría.
¿Con qué autoridad moral podría levantar las banderas de la transparencia y la rendición de cuentas, después de participar en una campaña electoral en la que el dinero de dudosa procedencia fluye groseramente burlando todos los topes y candados legales, en un mar de simulación?
Finalmente, claro, la decisión es personal y tiene también el aliciente, un tanto quimérico, hay que decirlo, de llevar al senado la voz de los ciudadanos. Pero hay que recordar que ella iría como segunda en la fórmula, de manera que en el remoto e improbable caso de que la Coalición ganara la primera minoría, el escaño sería para Antonio Astiazarán, no para ella, que tendría que regresar a casa, sumamente desgastada y expuesta. O aceptar algún empleo en el servicio público, a manera de premio de consolación.
No es, pues, una decisión sencilla. Veremos qué pasa en estos días.
III
Lo cierto es que siguen cocinándose ingredientes para configurar un comportamiento inédito del electorado sonorense, que nunca como ahora tiene ante sí opciones de todo tipo, pero al mismo tiempo, un desencanto creciente por las migraciones, renuncias, recambios, corrimientos que huelen a oportunismo y revancha, lo que contribuye al descreimiento de las buenas intenciones de la clase política.
No hay bola de cristal que sirva para adivinar resultados, sobre todo porque en el plano nacional, la judicialización de las campañas se encuentra en ebullición y eso que estamos en el periodo en el que se supone habrían de bajar de intensidad. Pero por lo visto no es así y una vez que arranque el calendario oficial, el próximo 1 de abril, las cosas se pondrán peores.
Como sea, hay que agradecer a la vida que nos puso en estos días, para no perder detalle de lo que está ocurriendo y lo que va a ocurrir, que será lo más interesante.
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