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Bernardo Elenes Habas

¿Covid-19, soga al cuello para la 4T?.- La secuela que dejará la pandemia en México, será extrema.- Los encargados de conducir el país, no atendieron previsiones a tiempo.- ¿Quién no ha maldecido a aquellos que con sus discursos defienden al pueblo y con sus hechos lo traicionan?

Bernardo Elenes Habas

La clase política dominante -Morena y la 4T-, tendrá que admitir que la secuela que dejará la pandemia del coronavirus en el país, será extrema.

Conservadores o liberales

Las lesiones no sólo estarán en el alma del México profundo, con los pasajes dramáticos de pérdidas de vida en el seno de miles de familias, sino en la relatoría estremecedora de hechos que no podrán ser borrados jamás, de la conciencia colectiva de pueblos y ciudades.

En ese recuento histórico, estarán latentes los aciertos y errores de quienes tuvieron la responsabilidad de conducir el destino de la nación a puerto seguro, pero que antepusieron al respeto y cuidado de la vida de las familias y los dictados urgentes del sentido común, sus rabiosos fanatismos (no ideológicos, sino absolutistas), desoyendo prevenciones a tiempo, negándose a fortalecer las instituciones de salud con dinero que es del pueblo, dejando morir a miles de personas y junto con ello a micros, pequeñas y medianas empresas, sólo porque las ideas convertidas en decisiones del inquilino de Palacio Nacional, son irrebatibles, irreprochables y poseen la esencia de un iluminado.

¿Quién que tenga un familiar, un amigo, un compañero, tocado por el rayo letal del Covid-19, no ha gritado lleno de ira e impotencia, al conocer decesos de personas queridas, sabedores de que muchas vidas pudieron salvarse si en el País hubieran sido prioridad los seres humanos, no los proyectos insignias y fríos que bien pudieron esperar, como la refinería Dos Bocas y el Tren Maya, por ejemplo?

Lopez Gatell

¿Quién, no ha maldecido -como lo hacía con frase flamígera Juárez, el Benemérito-, a aquellos que con sus discursos defienden al pueblo, y con sus hechos lo traicionan?

Sin duda son culpables de muchas de esas muertes, aquellos que influyeron con sus llamados a salir, sosteniendo que el coronavirus no era tan grave y bien podría la gente abrazarse, rubricando sus dichos con la exposición de estampas religiosas y pronunciando jaculatorias, en lugar de fortalecer a las instituciones de salud y diseñando con tiempo –que lo había- estrategias para enfrentar lo inevitable.

Esas actitudes perversas fueron tomadas ingenuamente como una verdad noble dictada por el corazón de un hombre bueno, porque hubo familias que desde su humildad y fe espiritual, creyeron en la palabra del predicador. Sin embargo, la enfermedad los acabó…y sus deudos aprendieron a odiar, y ahora maldicen a los culpables.

Miguel Barbosa, Puebla

Saben, pues, quiénes son los culpables del terror que se vive en México. Quiénes dividieron sin miramientos a la ciudadanía. Quienes abrieron exclusivamente dos cauces: uno para los buenos, otro para los malos. Quienes, todavía en estas fechas pregonan con desparpajo y cinismo, desde las conferencias matutinas, que ser honrado, no robar, no mentir, ayuda a que no ataque a las personas el látigo letal del coronavirus, prácticamente etiquetando a aquellos que sufrieron los estragos de la pandemia o padecen la asfixia de la enfermedad, como personas que no han sabido comportarse de acuerdo al silogismo dictado por el impulsor de la 4T.

Quizás a AMLO, le faltó incluir en el luminoso apotegma pronunciado el domingo anterior durante su gira por Minatitlán, al emplazar al pueblo de México para que se defina, diciéndole que no son tiempos de simulaciones, o se es conservador o se es liberal.

Su axioma, tal vez, hubiera sido más contundente y cargada con su aferrado fanatismo, de haberle incluido que los liberales no serán tocados por el Covid-19.

Sólo que esa frase se adelantó en construirla Miguel Barbosa, el gobernador de Puebla, cuando expresó el 25 de marzo, que los pobres son inmunes a la pandemia.

¡Qué lástima que tan gloriosa e inteligente clase política de pseudoizquierda –en realidad fascista-, dirija los destinos de la Patria!

Le saludo, lector.

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