El equipo de Sergio Pablo, en Cajeme.- Lo ideal es que esté integrado por los más aptos, los más inteligentes, los más honestos; no los más astutos, los más excluyentes, los más extremistas.- Bien por el Alcalde Electo, al marcarle un alto a los “vende plazas”
Bernardo Elenes Habas
Es evidente que las comisiones encargadas del proceso entrega-recepción, avaladas por el Alcalde Electo, Sergio Pablo Mariscal Alvarado, encuentran valores institucionales y humanos, entre funcionarios de la actual administración pública, en las entrevistas que realizan.
A partir de esas comparecencias, descubren que el ejercicio profesional de algunos servidores y de los puestos que desempeñan, llevan con dignidad una carga de responsabilidad social más allá de siglas y colores partidistas, porque, evidentemente, el Ayuntamiento de Cajeme como institución, tiene -y deberá tener siempre-, pluralidad republicana, sin distingos de ideologías, credos y posiciones económicas.
Existen funcionarios de trayectoria impecable, incluso con carrera profesional en el servicio público, quienes han ocupado y ocupan cargos sin haber recibido en las evaluaciones oficiales ningún tipo
de observaciones, porque sencillamente su desempeño ha sido apegado a leyes y reglamentos, con la aplicación de criterios amplios y justos.
Pongo un ejemplo, sobre este tipo de situaciones, que, ciertamente, podrían ser muchas.
Recientemente compareció ante los comisionados del Ayuntamiento entrante, el coordinador de una importante y sensible área de la estructura municipal: la Sala de Regidores.
Pareciera la franja más sencilla del organigrama municipal, pensando en que se trata de preparar la logística de las sesiones de cabildo y su escenario. Pero, sin duda, esa dependencia reclama de quien la
conduce, algo más que eso: una filosofía y actitud de equilibrio social, emocional, humano. No de ahora, sino de siempre. Y, esencialmente, respeto hacia todas las ideologías y opiniones, sin caer en los extremos enfermizos de la intolerancia.
Es que en la estructura de Regidores confluyen corrientes políticas diversas, cuyos ediles tienen derecho a manifestarse y ser escuchados, incluso orientados en sus inquietudes cuando se exponen al Coordinador, quien deberá facilitarles los medios, alternativas y entrevistas necesarias, para sus gestiones e investigaciones.
Así sucedió en el núcleo de regidurías, durante el trienio 2015-2018, que concluye el 16 de septiembre, con Cristóbal Blancas Virgen: un servidor público de carrera, forjado en Telégrafos Nacionales y luego en el Instituto Federal Electoral, antes de cambiar sus siglas a INE.
Fue en el Registro Federal Electoral, donde, precisamente, hizo estudios de servicio profesional, lo que le permitió escalar puestos, hasta su jubilación honrosa.
Posteriormente, en base a su currículum y conducta intachable, fue convocado por el actual alcalde Faustino Félix Chávez, para que ocupara tan especial y sensible cargo, el que entrega, ahora, con pulcritud, como lo avalan los ediles de todas las bancadas y corrientes, y el personal municipal de la Sala de Regidores.
Sergio Pablo, como académico y estudioso de los comportamientos de la sociedad y sus instituciones, sabe que su administración estará en los ojos y el pulso de Cajeme, de Sonora y de México. Porque aquí se marca un parteaguas trascendente en lo político y social, debido a los valores que se conjugan en el Municipio, algunos reconocidamente progresistas; pero otros, ambiciosamente egoístas, sobre todo de quienes se sustentan, desde siempre, en grupos de enorme fortaleza económica.
Precisamente, esas cofradías no están pensando en la comunidad y su desarrollo conjugado, armónico y justo, nunca lo han hecho en su largo predominio; sino en proyecciones de poder público a futuro, como ya se comienza a sopesar en entrevistas que difunden personajes de enorme dominio y ambición insaciable.
Son, pues, detalles que Sergio Pablo no debe ignorar y que sus asesores están obligados a mostrarle.
Y, por otra parte, es muy saludable la forma en que el Alcalde Electo denunció ante la opinión pública y marcó un alto estricto, a quienes aprovechando las circunstancias de cambios de poderes municipales están, perversamente, “vendiendo plazas”; asimismo a falsos líderes sociales que comienzan a engañar a familias para “incluirlas” en proyectos productivos a futuro.
Le saludo, lector.