Juegan con fuego, dice Claussen Iberri.- Se refiere a la maquiladora Index, que pretende abrir 180 plantas a partir del 11 de mayo en Sonora, etapa en que la pandemia alcanzaría su mayor rango de contagios.- Crecen los casos: en la entidad 364 enfermos; Cajeme 26.
Bernardo Elenes Habas
Se percibe, en el rostro de Enrique Claussen Iberri, la desesperación.
El Secretario de Salud en Sonora, expuso desde Hermosillo la tarde del 3 de mayo, el parte que define los ataques de la pandemia en la entidad, como diariamente lo hace, dejando claro que la situación no apunta muy bien, porque el crecimiento de casos se vuelve muy evidente, quizás más allá de lo esperado.
Tiene razón en preocuparse. En no ocultar su impotencia por no lograr que la ciudadanía, las familias y algunos empresarios entiendan y hagan un sacrificio para salvar vidas, incluyendo las propias. Y es que Enrique es un funcionario responsable, quien tiene en sus manos, por instrucciones de la gobernadora Claudia Pavlovich, la salvaguarda de miles de personas que podría alejar de los linderos temerarios del peligro, que, de ser rebasados, los conduciría a la muerte. Pero no puede hacer más que informarles, pedirles, rogarles que se queden en casa, que no reten a su suerte, sobre todo en estos días de mayo cuando el pico del covid-19 remontará, como señalan los especialistas de la salud. Por supuesto, también atiende la capacidad y equipamiento hospitalario en Sonora, aunado a la suficiencia del personal médico y de enfermería, héroes y heroínas que se mantienen en la línea de fuego.
Pero las autoridades no pueden violentar los derechos humanos de la gente. No pueden obligarlos a permanecer en sus hogares, aunque se mantengan programas de asistencia social para la entrega de alimentos en los casos de familias vulnerables que así los requieren.
Cierto. Es dramático ver las filas que hombres y mujeres hacen ante empresas comerciales para adquirir cerveza, sin cubre bocas, sin respetar distancias, y sí entrando al juego de una ruleta rusa miserable, en la que el tiro en la sien sería salir contagiados con el virus que invadirá sus pulmones, no les permitirá respirar, los postrará con fiebres extremas, y en el último de los casos, los hará morir lentamente por asfixia. Sin embargo, para muchas, miles de personas, su vida vale tanto como una cerveza.
A esto se suma la ansiedad de andar en las calles, de mantener el ritmo de relaciones sociales de siempre, sin la menor protección.
En su mensaje Claussen Iberri hizo referencia al anuncio reciente de la Cámara Nacional de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación (Index), que ha previsto la reapertura de 180 plantas de su organigrama, a partir del lunes 11 de mayo, precisamente cuando la comisión técnica de la Secretaría de Salud ha señalado como el inicio de los días de extremo peligro por contagios y brotes de la enfermedad.
“Espero equivocarme en lugar de abrir 180 plantas sean 180 funerarias; aquí se juega con fuego; sobre advertencia no hay engaño, entendemos su situación de todos los empresarios en Sonora, pequeños, medianos y grandes”, precisó.
Y, agregó, lapidario: “Abrir el 11 de mayo es contagiar a más gente y contagiar a más gente es abrir la puerta a más muertes, muertes que en este caso tendrán nombre y apellido, el nombre y apellido de quienes decidieron abrir en el periodo de mayor contagio”.
Hay otros empresarios que también quisieran abrir, porque registran pérdidas graves, pero demuestran un profundo respeto por la vida de sus trabajadores y atienden las indicaciones provenientes del Sector Salud.
Enrique siente lo que dice. Reconoce lo que viene.
Sabe que con un poco de voluntad por parte de las familias que se rebelan ante esta realidad y de directivos de empresas que se desesperan, se podría sortear la turbulencia, sin que la gente se expusiera por ignorancia o capricho; porque, ciertamente, la única lucha frontal en estos momentos, es contra el covid-19.
Le saludo, lector.
