Los diputados, escriben una historia de sumisión.- Sonora, no tiene voz y rostro en el Congreso de la Unión.- Los legisladores de Morena no se atreven a luchar por un presupuesto justo para su entidad, y no por convicciones ideológicas, sino por intereses personales.
Bernardo Elenes Habas
En Sonora, hay preocupación por los nubarrones político-económicos que asoman en el horizonte inmediato.
Esa zozobra no solamente se percibe en los sectores productivos, empresariales, sino entre la ciudadanía que analiza y sin fanatismos reconoce los tiempos azarosos que se tendrán que enfrentar con las decisiones de un Presupuesto Federal no de austeridad legítima, sino de restricciones dolorosas e injustas que, ciertamente, dañarán en mayor proporción a quienes carecen de lo estricto.
Saben, los sonorenses, que no existen puntos de equidad, sentido de justicia social, visión solidaria para apoyar a los más desposeídos -los abandonado de siempre-, con la cirugía revanchista y sin anestesia que el Gobierno de la Cuarta Transformación y su mayoría legislativa en el Congreso de la Unión, le practican al terruño, sólo por considerarlo un estado rico, como está sucediendo, también, con Nuevo León.
No hubo, hasta el momento, fuerza capaz de arrojar un puñado de luz en las conciencias de quienes detentan el poder, para hacerlos comprender que no se trata de posiciones políticas por las que se luchan, sino para lograr el equilibrio y el avance verdadero de las comunidades, con seguridad pública, servicios de salud, infraestructura, educación, principalmente.
La gobernadora Claudia Pavlovich se esforzó en ese cometido institucional. Pero su activismo positivo a favor de sus representados, se arrojó, fríamente, al cesto de la basura.
No podrá, el Gobierno de Sonora, atender prioridades de sus habitantes, porque no estarán en el paquete federal 2020.
La seguridad pública continuará siendo un grave problema en evolución, que apunta a convertirse en monstruo incontrolable. El Hospital de Especialidades que sería esperanza de miles de familias, no podrá concluirse. La rehabilitación y construcción de carreteras, bajará sus expectativas, lo mismo que programas de salud y educación, entre muchos rubros, que atañen también a los municipios, cuyas partidas sufrirán, igualmente, el tajo del bisturí federal.
No tiene, pues, Sonora, voz y rostro capaz de enfrentar injusticias en la Cámara de Diputados, en la de Senadores.
Es una entidad dolorosamente indefensa, a la que buscan colocar de rodillas para asegurar triunfos electorales en el 2021, pretendiendo demostrar que otros gobiernos no han servido. No sirven.
Pero Morena y AMLO, no alcanzan a comprender que la herida presupuestal que le infringen, abre y hace sangrar también con sus filos perversos, la conciencia de miles de sonorenses, que sin tener filiación partidista, sin navegar siglas, colores y fanatismos, registran los hechos. Sopesan premisas. Sacan conclusiones.
Los días vendrán en que se cobren los agravios.
Cuando se demuestre que una transición política que pudo –puede, todavía intentarlo- ser justa, sensible a la gente no a los partidos y grupos políticos, con capacidad para desarrollar armónicamente el crecimiento de las regiones, sin odios ni revanchismos, construyendo los puentes de la comprensión y el reconocimiento a nuevas doctrinas y sistemas de gobierno, pero que, al arrojar todo lo construido, todo lo que sirve a la gente, por el despeñadero de una mal comprendida historia, será tiempo de arrepentimiento.
Ya hubo un escenario que sirve de referente, y que debería de constituirse en una lección inobjetable para Morena y también para la 4T:
Los tiempos de gloria para el PRD en gran parte de Sonora. Sobre todo el sur. Cuando en 1997 el sol azteca, la izquierda más representativa del país en ese tiempo, llegó triunfante a alcaldías, diputaciones locales, diputaciones federales.
Pero les ganó la soberbia. Los enfermó el poder.
Muchos de los ahora militantes de Morena que ostentan cargos de representación popular lo saben. Lo vivieron. Recibieron la dura lección de la gente, pero ahora pretenden borrarlo de sus experiencias negras de poder, desde el Movimiento de Regeneración Nacional.
Ellos, supuestamente representan en el Congreso de la Unión a Sonora. Y deberían de constituirse en la esperanza que aún alientan los sonorenses.
Pero, lastimosamente les están dando la espalda. Les están mintiendo. Les están traicionando. Y están escribiendo la nueva historia prometida, pero de sumisión.
Le saludo, lector.
