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No es prioritaria la deuda por acuaférico: Díaz Brown.- Célida López, revive la continuidad del proyecto del acueducto Independencia, desde las siglas de Morena, causando sobresalto en el Valle del Yaqui.- No debe olvidarse que el No al Novillo acabó con la ambición política de Guillermo Padrés en su afán de imponer sucesor en la gubernatura.

Bernardo Elenes Habas

El agua secuestrada al Valle del Yaqui, acabó con el proyecto político de Guillermo Padrés y el PAN, encaminado a imponer como sucesor en la gubernatura de Sonora, a Javier Gándara Magaña.

Guillermo Padrés acueducto

Los planes de Padrés y su equipo, del que fue parte importante la actual alcaldesa de Hermosillo, Célida López Cárdenas (combativa militante panista en esos días, ahora fiel morenista), eran extender su dominio en la entidad por largo tiempo.

Pero su ambición desmedida lo desbarrancó, al considerar que con tener el apoyo del entonces presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, el camino estaba libre para darle horizonte a sus anhelos, olvidándose de la inteligencia y de la capacidad crítica de los sonorenses, sobre todo del Valle del Yaqui.

Esa región del sur, incluida la Nación Yaqui, sufrió el artero despojo de parte del agua del Río Yaqui, con la construcción del acueducto Independencia, bajo el señuelo de satisfacer la sed de las familias hermosillenses, cuando bien pudo hacerse a través del proyecto de una desaladora, como lo tenía contemplado Armando López Nogales siendo gobernador (1997-2003).

La primera señal de repudio por el plan encaminado a secuestrar el agua del Valle del Yaqui, la obtuvo Padrés de los habitantes del segundo municipio en importancia de Sonora: Cajeme.

Y es que el entonces mandatario, en su afán de fortaleza política, pretendió que esta noble comunidad siguiera siendo panista, al concluir la gestión de Manolo Barro Borgaro (2009-2012), operando para que una de sus incondicionales, Eloísa Flores García, se convirtiera en alcaldesa durante el proceso electoral respectivo.

Rogelio. Acuagérico

Pero la ciudadanía se volcó ante las urnas el domingo 1 de julio de 2012, entregándole al candidato del PRI, Rogelio Díaz Brown, 101 mil 67 votos, y para Eloísa 46 mil 956, lo que puso de relieve la personalidad política y el trazado humano y social del Roger, aunado al cobro de facturas que la gente del Municipio le hacía a Padrés Elías, por su comportamiento autoritario.

Después le tronaría al intentar dejar relevo en la gubernatura con Javier Gándara, al que derrotó su misma herencia azul.

Ahora, la historia podría repetirse en lo electoral, cuando Morena perfila a Alfonso Durazo como viable candidato. Y es que la alcaldesa López Cárdenas quien obtiene la aprobación de su cabildo para la gestión y obtención de recursos privados que serían destinado a la construcción del ramal norte del acueducto Independencia, al que denominan acuaférico oriente, alborota un problema no resuelto.

Y aunque han surgido, al respecto, algunas exposiciones en el sentido de que el agua que se derivará hacia el norte de la ciudad capital, procederá de la presa El Molinito, no de El Novillo, hay tensión, desconfianza, resentimiento.

Célida López, acuiferico

En el Valle del Yaqui, el Movimiento Ciudadano por el Agua, que no ha dejado de sonar sus tambores desde que el acueducto era, apenas, un proyecto en la mentalidad ambiciosa del entonces gobernador panista, arrecian sus planteamientos, su disposición para una lucha que, de cierto, ha resultado muy prolongada en las estructuras judiciales, porque argumentan que hay procesos irresueltos sobre el acueducto.

Y, ahora, el proyecto de Célida y de los poderosos desarrolladores inmobiliarios que la apoyan, ha venido a agrandar heridas que ciertamente nunca han cerrado desde el “padresismo”, entre el sur y el norte.

Es decir, en el Valle del Yaqui, entre los pueblos yoremes, se mantiene profunda desconfianza sobre el citado acuaférico, porque sus malas raíces son el acueducto Independencia y la soberbia de un ex gobernador al que Célida López Cárdenas sirvió, y quizás lo sigue haciendo…

Grave, pues, la situación, cuando un nuevo problema político-social se genera en Sonora, sin importar que la entidad está siendo sacudida por el flagelo del coronavirus.

Dependerá, ahora, del Congreso local, cuando le sea turnado el fallo de cabildo encaminado a la obtención del crédito previsto por la alcaldesa, para que no se abra de nuevo la herida entre sur y norte.

El parlamento local, sus integrantes con sus conciencias profundas o superficiales de sonorenses, caminan por el filo de la navaja para dejar constancia histórica si en verdad les importa la unidad del terruño, avizorando nuevas expectativas para satisfacer la necesidad de agua de sus regiones y no repartir la que ya no alcanza.

O, definitivamente, permitir que los testimonios del despojo y la ira prevalezcan, con un Sonora dividido y humillado.

No al Novillo

Ya levantó su mano y su voz responsable de cajemense y sonoense bien nacido, el diputado Rogelio Díaz Brown, coordinador de la bancada priísta en el Congreso.

Hizo referencia a que la capacitad de endeudamiento del organismo operador de agua de Hermosillo y el mismo Ayuntamiento, debe constituirse en un paso fundamental antes de analizar de manera exhaustiva el proyecto de contratación de deuda para financiar la construcción de un acuaférico, así como las urgencias y prioridades que tienen sus habitantes:

“Es Importante conocer cómo está la calificación de Hermosillo, cuál es la capacidad de endeudamiento del Municipio, si es que la tiene, y lo que realmente le urge a sus habitantes; se debe ser responsable ante una situación de esta naturaleza y no comprometer la economía y el futuro de un Municipio que tiene un millón de habitantes y muchas necesidades inmediatas por resolver”, dijo.

Recalcó, Rogelio, que es preciso enfocarse a los tiempos que está viviendo Sonora, sus familias, como consecuencia del Covid-19:

“La prioridad en estos momentos –señaló-, es ver cómo se reactiva la economía, cómo se recuperan empleos y cómo generar nuevas oportunidades ante las consecuencias que la pandemia está dejando”. 

El caso estará pronto en manos del Congreso, mismo que analizará pros y contras. Debate en el que sería irresponsable olvidar el daño moral que todo lo referente al agua del Río Yaqui, trasvasada en forma ilegal a través del acueducto Independencia, ha generado en Sonora.

De hecho, el sólo anuncio del proceso del acuaférico, utilizando o no el agua del río yoreme, hizo que en el Valle del Yaqui se alzaran, vigorosas, las banderas de ¡No al Novillo!

Le saludo, lector.

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