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No son espejismos, hay focos rojos.- En forma muy acelerada se configura una situación de problemas graves en México, que no se atienden de fondo.- AMLO no debe permitir que el país se desmorone por caprichos.- Los protagonistas de Cajeme hacia el 2021.

Bernardo Elenes Habas

Es grave, lo que está sucediendo en el país.

La Boquilla, conflicto

Los hechos están ahí, fehacientes, con una demostración de hartazgo por parte de familias, grupos campesinos, indígenas de arraigo milenario a sus territorios.

El presidente Andrés Manuel López Obrador, está a tiempo de desmontar de sus sueños y dejar de sentirse protagonista de pasajes históricos heredados por Juárez, Madero, Cárdenas. Lo ha dicho sin recato. Quiere que lo recuerden en tiempos por venir, a la altura de esos próceres que hicieron Patria.

Pero sus desplantes, las mansas digestiones cerebrales con las que enfrenta la realidad vertiginosa que experimenta la nación, no le alcanzan en la construcción de su sueño tendiente a convertirse en el nuevo paladín de México.

El presidente está permitiendo que el país se le deshaga en las manos. Que muy rápidamente se den las condiciones objetivas y subjetivas para que los ánimos se incendien. Para que la gente se decida a actuar, a ponerse de pie en contra de lo que le daña, le provoca desgastes, la hace sentirse humillada, golpeada en sus valores sociales, en sus derechos humanos, en su sentido de pertenencia y raigambre comunitaria.

Una fracción de la Confederación Nacional de Gobernadores (Conago), dejó fracturado ya a ese organismo republicano, cansados de asumirse solamente como comparsas de los caprichos de la Cuarta Transformación, y decidieron con actitud férrea, organizarse en forma independiente para reclamar no súplicas ni dádivas, sino actos de justicia sobre lo que les corresponde a sus entidades, a sus representados, en el reparto de los bienes hacendarios de la nación.

La tribu yaqui mantiene una actitud de lucha, ante un Plan de Justicia para la etnia, que no tiene raíces y que flota como metáfora que revienta en algo que repudian los yoremes: promesas.

En Chihuahua, se desbordan los ánimos ante la pretendida entrega por parte del Gobierno Federal, del agua de la presa La Boquilla a Estados Unidos, lo que desató la violencia en esa entidad.

Lo anterior, sólo por citar tres focos preocupantes. A los que se suman varios más en el territorio nacional, los que reclaman soluciones legales, de fondo, no de ocurrencias ni de acusaciones, endilgando la fuente de los problemas a los “conservadores”.

En política –afirmaba Jesús Reyes Heroles-, lo que es forma es fondo; es decir, lo que parece es. Y en el México de estos días lo que parece, es que el país se derrumba inexorable, como consecuencia del tsunami del 2018, cuyos efectos no cesan…

Es largo el listado de quienes sienten cómo corre por sus venas la inquietud política.

Ellos, los protagonistas, sueñan con verse en las boletas electorales por la alcaldía de Cajeme en el 2021.

Por supuesto, no todos estarán en disposición de lograr una candidatura defendiendo los colores de sus partidos. O los intereses de sus grupos.

Pero, desde ahora, luego de instalado el proceso electoral 2020-2021 en el país, y aprobados los calendarios locales, esa ansiedad inexplicable de protagonismo, de poder, que navega las venas de hombres y mujeres, se exacerba, se convierte en obsesión y los obliga a salir a la calle, a transformarse en abanderados de cualquier movimiento social o a construirlo, porque lo importante para ellos es estar en el horizonte de los reflectores, de tal manera que la ciudadanía los registre en su memoria, trabajando al lado del pueblo, defendiendo sus causas, alzando la voz contra los malos gobiernos, aunque muchos de ellos sean gobierno.

Son, pues, las pequeñas tragicomedias de la política, en la que sus actores no alcanzan a comprender que en torno suyo tienen a una sociedad despierta, sensible a los dramas que día a día enfrenta y que, construye paso a paso la relatoría de las conclusiones que deberá asumir el 6 de junio de 2021.

Le saludo, lector.

Bernardo Elenes Habas
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