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Diálogo

David Figueroa O.

La sospechosa renuncia de Medina Mora

Defender el orden establecido por la Constitución Política y mantener el equilibrio de poderes, es la tarea de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en México; no existe en nuestro país autoridad o recurso legal que se encuentre por encima de sus decisiones.

Por eso reviste de primordial importancia que en menos de un año el Presidente Andrés Manuel López Obrador vaya a proponer su tercera terna para sustituir a un tercer ministro de 10 que conforman la SCJN, además de su presidente Arturo Zaldivar Lelo Larrea.

Asuntos como el de las estancias infantiles; la legalización del aborto; el consumo de mariguana; la construcción del aeropuerto de Santa Lucía entre muchos otros deberá dirimirse justamente en esa máxima instancia ante la falta de consensos y evidentes desacuerdos ideológicos y políticos con la oposición.

Son temas que nos afectan como ciudadanos en el día a día, por ello es peligroso para la libertad y la democracia en México, que el Presidente Andrés Manuel asuma poco a poco el control si no total, al menos dominante en las decisiones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

De ser así, ante cualquier litigio constitucional no habrá quién se le oponga.

Recordemos cómo en medio de una fuerte polémica se concretó la última designación de la ministro Yasmín Esquivel Mossa, esposa de José María Riobóo uno de los principales asesores del Presidente López Obrador; por tanto no se puede ignorar el posible panorama de estar conformando una institución judicial a modo de las decisiones del Presidente en turno.

Mucho menos cuando dicha situación se origina por la inesperada renuncia del ministro, Eduardo Tomás Medina-Mora Icaza, algo que jamás había sucedido en la historia de la Suprema Corte y cuyos motivos que lo orillaron a renunciar al cargo que debió ocupar hasta 2030 no han sido aclarados.

De ese tamaño la importancia de esclarecer a fondo la renuncia que este martes fue aprobada por el Senado sin conocer las causas.

A Medina Mora lo investiga, según se da a conocer recientemente, la unidad de inteligencia de la Secretaría de Hacienda por el presunto delito de lavado de dinero y en este contexto el aún ministro decide su separación.

Sin embargo, el exministro asegura que las diversas transferencias millonarias de México a sus cuentas personales en Londres y EU por las que es investigado fueron realizadas por él mismo y que son avaladas con sus ingresos. Con mayor razón surge la sospecha del porqué renunciar si no tiene nada qué temer. ¿Acaso hubo alguna amenaza o chantaje de por medio?

El exfuncionario federal de origen panista tiene una carrera en la administración pública de 19 años ininterrumpidos, desde el 2000 cuando fue director del Cisen en el sexenio de Vicente Fox y posteriormente Secretario de Seguridad Pública; Procurador General de la República; embajador de México en el Reino Unido y EU; y hasta este martes ministro de la SCJN a propuesta del expresidente Enrique Peña Nieto.

Medina Mora era director del Cisen en 2005 cuando se dio el desafuero del entonces jefe del gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador hoy Presidente de México. Rosario Robles, otra de las protagonistas en ese hecho está hoy tras las rejas acusada de corrupción.

Es decir, si se trata de una especie de venganza personal como las que se acostumbran cada vez más en política; si el hecho responde a un chantaje judicial bajo la presunción de un delito real o no; o si se trata de una investigación seria y documentada, debe ser el mismo Presidente el más interesado en aclarar con total pulcritud esta renuncia y la designación de un nuevo ministro propuesto por él.

Porque si la renuncia se debe a alguna posible presión, entonces su salida puede responder a una posible negociación y si es así entonces no habrá consecuencias jurídicas de ser ciertas las acusaciones de la Secretaría de Hacienda. Estaríamos ante el panorama de impunidad a cambio de un escaño favorable al gobierno en la SCJN.

Es decir, esto es mucho más grave que un posible delito de lavado de dinero: la Suprema Corte es el principal brazo de Justicia en México, nadie por encima de ella; por tanto, no debe caber la duda de la imparcialidad e independencia de sus decisiones.

Por supuesto se debe investigar a Medina Mora hasta las últimas consecuencias, igual que a todos los funcionarios, pero con transparencia y seriedad, cerrando cualquier vestigio de acuerdos políticos en lo oscurito. Ya no se puede tapar el sol con un dedo o con una distracción mediática; tampoco con chivos expiatorios. El México de hoy, el de la 4T es distinto al de los años 80’s.

Agradezco sus comentarios y retroalimentación a través del correo electrónico davidfigueroao@me.com; y en redes sociales: Twitter @DavidFigueroaO /Fb David Figueroa O.

Reseña: David Figueroa Ortega es empresario, Ex Cónsul de México en Los Ángeles y San José California; Ex Diputado Federal; Ex Alcalde de Agua Prieta; Ex Dirigente del PAN en Sonora.

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