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Diálogo
David Figueroa O.
Podría Trump perder reelección
 Ante la decepción e indecisión de muchos ciudadanos votantes en Estados Unidos el presidente Donald Trump podría ser el quinto mandatario en perder su reelección en la historia de ese país. El próximo 03 de noviembre los estadounidenses enfrentarán el riesgo de contagio de Covid-19 al acudir a votar y la decepción ciudadana en sus políticos, por ello la intención del electorado de acudir a las urnas es un factor determinante para los analistas al momento de interpretar las encuestas. En un país con dos partidos, todo agosto y hasta inicios de septiembre Joe Biden mantuvo una tendencia a la alza en las preferencias electorales aun cuando a finales de julio la aprobación de su contrincante Trump subió de 40.2% a 43.2%. Presidentes anteriores que se han reelegido han llegado a la contienda e incluso al día de la elección con niveles de aprobación de más del 50%. Los contendientes que perdieron su reelección tenían un nivel de aprobación de 45% -George W. Bush y  Jimmy Carter-. A principios de abril tanto Biden y Trump estaban técnicamente empatados, pero incluso entonces el margen de error de 3.4% favorecía a Biden. Desde entonces y hasta el día de hoy el demócrata se mantiene en la delantera, y faltando seis semanas para la elección la ventaja es en promedio del 7% según coinciden las encuestadoras estadounidenses. Analistas aseguran que 5 puntos porcentuales de ventaja en el voto popular hace imposible que de pierda el colegio electoral, de ser cierto esto Biden ganaría la presidencia de EEUU y regresaría al partido demócrata a la Casa Blanca. Sería un contexto al menos atípico pues en el país vecino del norte los llamados ‘incumbents’ –los que están en el poder- es muy difícil que no logren su reelección. Desde George Washington de 20 presidentes que han buscado la reelección, sólo cuatro han perdido los comicios: Herbert Hoover en 1932; Gerald Ford (suplente de Richard Nixon) en 1976; Jimmy Carter en 1980 y George H. W. Bush en 1992. Recordemos que la forma de elección presidencial en EEUU es democracia indirecta, sistema caracterizado por el binomio del voto popular ejercido por los ciudadanos estadounidenses en los centros de votación; y por el voto electoral del Colegio Electoral que es el que en términos reales define la elección. El Colegio Electoral lo conforman grupos de electores previamente elegidos en cada estado en un número proporcional a su representación en la cámara, y cada estado recibe un número de votos según su población. Es decir, que el Presidente de los EEUU es elegido de manera indirecta por los ciudadanos a través de este Colegio, pero por lo regular los integrantes de ese colegio votan acorde al voto popular de su estado sin que sea una obligación de ley; de hecho la elección de George W. Bush en el 2000 fue la primera en 112 años que dio como ganador al candidato que obtuvo menos votos ciudadanos en una contienda muy cerrada que se terminó decidiendo en la Suprema Corte. Así, el ganador se determina por el candidato que obtiene al menos 270 votos de un total de 538 que representa el Colegio electoral. Dicho lo anterior se confirma lo sucedido en la elección de Bill Clinton, el número de votos es menos importante que dónde se ganaron estos votos, pues tradicionalmente los estados votan de acuerdo a su tradición demócrata o republicana, es decir también allá se da el voto duro. Sólo una minoría de estados votan a favor de uno u otro de manera indistinta. Por tanto, es en éstos conocidos como ‘bisagra’ y en los estados más grandes es donde se pierde o se gana la elección. De los estados ‘bisagra’ hasta la primera semana de septiembre Trump aventajaba en las preferencias en Georgia, Iowa y Texas, mientras que Biden lo hacía en Arizona, Carolina del Norte, Florida, Minesota, Michigan, Pennsylvania y Wisconsin entre otros. Estos sondeos son los que tienen preocupado y ocupado al presidente Trump, pues en 2016 la mayoría de estos estados los ganó con un buen margen. Esta información explica por qué el presidente sustituyó a su director de campaña el pasado mes de julio. Otro referente es que los votantes deben registrarse previamente para ejercer este derecho, a diferencia de nuestro país sin este requisito no pueden hacerlo. Aunado a ello se refleja una baja en el entusiasmo de los votantes por participar, al igual que en México y el resto del mundo el sistema político enfrenta una grave crisis de credibilidad y legitimación. Estados Unidos también ha registrado en los últimos procesos bajas tasas de participación de entre el 50% y 60%. Por ejemplo, en 2008 aproximadamente el 64% de los ciudadanos se registraron y acudieron a votar; en 2016 el porcentaje cayó a 55%. Con este contexto y el antecedente de acuerdos oficiales y no oficiales entre los presidentes Donald Trump y Andrés Manuel López Obrador en temas comerciales y de seguridad principalmente, no se puede perder de vista con todo y la crisis que enfrenta nuestro país, los efectos de una real posibilidad de no reelección del presidente Trump. El vínculo que prevalece en la relación entre México y EEUU hace por demás fundamental seguir el proceso, pues la visión de gobierno en muchos temas, especialmente el migratorio y comercial tiene claras diferencias entre el demócrata y el republicano. Pocos países en el mundo dependen tanto de lo que pasa en EEUU como México. Sin reelección se abren nuevas ventanas y oportunidades en la relación bilateral. Agradezco sus comentarios y retroalimentación a través del correo electrónico davidfigueroao@me.com; y en redes sociales: Twitter @DavidFigueroaO /Fb David Figueroa O.Reseña: David Figueroa Ortega es empresario, Ex Cónsul de México en Los Ángeles y San José California; Ex Diputado Federal; Ex Alcalde de Agua Prieta; Ex Dirigente del PAN en Sonora.

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