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 Alejandro de Anda

LO CLARO“Diálogo entre pares” es el seminario que llevó a cabo la Universidad Autónoma de Tamaulipas tendiente a fortalecer las estrategias de comunicación por medio de los canales tecnológicos en vías de la adaptación de la educación de nivel superior a la Nueva Normalidad.

Es ‘por default’ que se considera desde hace tiempo ya a los estudiantes actuales, que ‘viene con el chip’ para la adaptabilidad al uso de las TI como herramientas naturales a su entorno.

Sin embargo, es necesario además de constatarlo para asegurar el resultado de aprendizaje-conocimiento, que los docentes estén alineados también a esta nueva manera de comunicación mixta.

Alineado al Plan Académico Tecnológico, el alumnado se reporta listo hasta en un 99% y el cuerpo docente responde a las necesidades de la nueva estrategia de preparación profesional. 

El Plan Sectorial de Educación contempla las pertinencias para la adaptabilidad al entorno de desarrollo que la comunidad reclama.

LO OSCURO. Las herramientas tecnológicas…

Como el ying y el yang. Lo claro y lo oscuro. El día y la noche. El bien y lo que sea que es la contraparte.

La nueva normalidad nos obliga a adelantar los paulatinos pasos con que nos adentrábamos a la era de comunicación impersonal, donde hasta los grandes negocios apuestan sus capitales para ser tendencia y dominar los liderazgos.

Ya hemos abordado el tema en el que negocios que nacieron de la nada en garajes -o incluso son intangibles- contabilizan mejores fortunas que empresas centenarias que se hicieron a base de esfuerzo. Amazon, Facebook, etc.

Pero hablamos de la adaptabilidad al uso de las herramientas tecnológicas.

La empresa estadunidense y de presencia mundial Domino’s Pizza creada en 1960 por Tom Monaghan, debió enfrentar su peor crisis en redes sociales, al viralizarse en YouTube (canal de internet) un video de un empleado –que él mismo subió- donde aquél jugaba con los ingredientes, la masa para pizza propiamente y la introducía inclusive a su nariz antes de hornear el producto final que usted y yo cortamos en triángulos.

Pequeño e inocente juego que requirió de gran esfuerzo y dinero para ‘recomponer’ la imagen pública de la empresa que tiene presencia en 75 países.

Prácticamente calcado el escenario sucedió a ‘la costeña’ en 2016, empresa mexicana que conocemos bien, productora de chiles enlatados. 

A ésta, le hicieron la maldad de orinar un empleado dentro de alguna de sus latas de chiles en vinagre durante el proceso de llenado. Y por supuesto, subir la foto a redes sociales.

Cien años de esfuerzo empresarial, a partir de ser una compañía familiar fundada en 1926 por don Vicente López Recines, se veía comprometida su existencia por una bobería de uno de los tres mil quinientos empleados.

A pesar de la presencia de la empresa mexicana en Europa, Estados Unidos, China y exportar a más de 40 países, la tendencia en redes sociales no le resultaba favorable. La mala publicidad es más efectiva.

Pero no solo a las empresas les es peligrosa la adaptabilidad a las redes sociales.

La clase política, como en su momento hicieron tendencia, no escapa a ser ‘viral’. 

Como el de “las ligas”; o como aquellos amigazos más participativos abajo de la curul, Luis Alberto Villarreal, Máximo Zayas, Glafiro Salinas, Alejandro Zapata Perogordo, Ricardo Anaya entre otros que un buen día se animaron a hacer tremendo pachangón tipo estudiantes; con muchachas bailarinas de clubes para caballeros del merito Puerto Vallarta. ¡Vaya video!

Está por conocerse también en redes, el resultado de los videos testimoniales que se compartirán respecto a la información que Emilio Lozoya dará para aminorar su carga de la culpa por el caso de desfalco a las arcas de PEMEX y el haber recibido dineros de Odebretch en el financiamiento de campañas políticas en México. 

Razón por la cual estaremos atentos todos los mexicanos a la adaptabilidad de la nueva realidad al espectro de las redes sociales.

Es bueno el canal de la información… pero no para todos.

COLOFÓN: Después del pico de la pandemia y de los videos de Lozoya, quién sabe cuántos –empresarios y políticos- queden para seguirse adaptando a la nueva realidad.

alejandrodeanda@hotmail.com

@deandaalejandro

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