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Sin dejar de ser disperso, difuso e incoherente, al menos en la mañanera de este jueves Andrés Manuel López Obrador dejó ver que tiene cierta idea sobre qué hacer ante la amenaza del coronavirus: aplicar el DN III, para que con el apoyo del Ejército y de la Marina, atender las consecuencias de sus negligencias, payasadas y ausencia de liderazgo.

Aseguró que desde hace tres meses su gobierno tiene un plan que se ha ajustado a todos los previstos y que no hay nada de qué preocuparse, en el marco de su tradicional desdén y menosprecio a la peligrosidad de una pandemia que ya ha cobrado más de siete mil vidas en el mundo y optando por irse hasta el estado de desastre para que sean las fuerzas armadas las que tomen cartas en el asunto.

Todo indica que eso es lo que enfrentaremos los mexicanos a partir de los criterios que las autoridades de salud han estado aplicando, que van desde los demenciales posicionamientos del subsecretario Hugo López Gatell y los infantilismos irresponsables del mismo presidente de la república, que se niega a acatar medidas básicas para debilitar la cadena de contagio.

Qué otra cosa puede esperarse con un gobierno retacado de incompetentes que tienen colapsado el sistema de salud y desde donde se asegura que López Obrador no puede contagiar ni contagiarse del Codiv19 ya que lo blinda su “fuerza moral” y que de las más importantes medidas hasta ahora, es posponer o reprogramar todas las reuniones masivas superiores a CINCO MIL PERSONAS en todos los ámbitos público, social o privado.

Hugo López Gatell

La tibia respuesta del Gobierno Federal a la alerta mundial es tan irresponsable como peligrosa, generando profunda desconfianza e incertidumbre, el que López Gatell asegure que no sirve para nada realizar las pruebas para determinar si una persona es positivo o negativo, “porque la atención médica de una persona con Covid19 es exactamente igual se sepa que tiene o no tiene el virus”. Así dijo, a pesar de que la Organización Mundial de la Salud recomienda todo lo contrario.

Es que el citado amiguito ha salido con varias pendejadas, como esa de que una persona con el coronavirus sólo puede contagiar a dos o tres, en una respuesta justificatoria a la lenidad del gobierno de la Ciudad de México que ha autorizado eventos masivos como conciertos a pesar de la alerta.

Pero “entre más infectados mejor”, está como para acuñarla como frase célebre, la cual también fue vomitada con propósitos de justificación a la inacción federal, mediante una criminal analogía que el mismo funcionario explicó con manzanitas.

“Si tenemos una escuela con mil niños, si un niño de esos mil tiene una infección contagiosa, si cierro la escuela voy a tener un efectos positivo porque evito que un niño contagie a 999; si yo no cierro la escuela en ese momento y espero a que la escuela tenga 10 niños infectados, esa medida aplicada a 10 contra 990 será más efectiva, que si la cierro con un solo infectado; si me espero aún más  y tengo 100 niños infectados es todavía más efectiva la intervención porque estoy evitando que 100 con mayor fuerza de infección contagien a los 900 restantes”. Así dijo, también.

La diferencia entre quedarse o no quedarse en casa

Lamentable que en la mayor parte de México aún no aplique el QUÉDATE EN CASA, recomendación que se ha postergado hasta el próximo lunes, cuando por la experiencia y lo ocurrido en Italia y Corea del Sur, debiera ser la estrategia más elemental e inmediata.

Al igual que ahora en México, en Italia el gobierno desdeñó la peligrosidad de la pandemia y no impuso medidas restrictivas a la movilidad de personas y la fiesta callejera siguió de largo, resultando que ahora tenga más de 40 mil casos y el número de muertos, tres mil 405, ya supere los registrados en China; en tanto que en Corea del Sur en donde se priorizó el aislamiento social, la sana distancia y las restricciones de movilidad y prohibición de eventos masivos, los casos confirmados son ocho mil 565 y solo han muerto 91 personas.

Esa es la abismal diferencia entre quedarse en casa y no quedarse en casa y aunque la lección está a la vista, el gobierno mexicano no ha sabido leerla e incluso el presidente gringo, Donald Trump, si bien su reacción también ha sido tardía, fue más rápida que su homólogo del sur de la frontera y ha establecido acciones y medidas que ya apagaron las luces de Las Vegas; está a punto de limitar cruces fronterizos con México y ha designado millonarios recursos para atender el embate que ya ha superado los 23 mil contagios y ha causado 175 muertes en Estados Unidos.

El ejemplo arrastra se dice con toda razón y en estas contrastantes realidades por las que pasan los distintos países del mundo, los ciudadanos son dados a imitar lo que hacen sus autoridades y líderes, cuya abulia o proactividad es en estos momentos asunto de vida o muerte.

Enrique Clausen

Desde esa perspectiva, es alentador el que al menos en Sonora la gobernadora Claudia Pavlovich haya encontrado eco e importante respuesta en prácticamente todos los sectores políticos, sociales y económicos a la convocatoria QUÉDATE EN CASA, y lo más importante, haya calado entre la misma ciudadanía, que con responsabilidad y participación, puede ser parte importante para debilitar la cadena de contagios, manteniéndose bajo resguardo en sus domicilios.

Nos ha llegado abundante material gráfico respecto a como lucen las calles de Hermosillo y la verdad es que verlas casi solas nos levanta el ánimo y la confianza de que la estrategia que ha probado la mayor eficacia para contener la pandemia, se aplica con éxito en nuestro entorno.

Ese es un buen paso frente a lo que se viene, sin que tengamos idea de cuáles serán los efectos en Sonora de la demora y la no homogénea aplicación de esas estrategias en otras partes del país, dada la negligente actitud del gobierno federal que por lo pronto mantiene en actividad a los Institutos Tecnológicos y a sus dependencias en la entidad.

Al cierre de este despacho, en Sonora se mantiene en dos el número de contagiados; 52 personas están en monitoreo constante al ser consideradas sospechosas de portar el virus, no descartándose que más tarde nos enteremos que hay más casos, toda vez que el Laboratorio Estatal de Salud procesa pruebas de siete personas que viajaron a Europa y Estados Unidos.

Militares intervienen en playas de Puerto Peñasco

Aquí, el equipo al mando del titular de salud, Enrique Clausen, cumple a cabalidad con las instrucciones de la gobernadora Claudia Pavlovich para poner a Sonora a la vanguardia nacional en materia de prevención y control del coronavirus, aplicando protocolos internacionales para desacelerar su expansión y lo importante, como decíamos, la ciudadanía comienza hacer su parte evitando la exposición a los riesgos y contribuir así al debilitamiento de la cadena de contagio.

Vamos a ver cómo nos va, porque no faltan prietos en el arroz, como es el caso de la actitud pachorruda y de valemadrismo del alcalde de Puerto Peñasco, Kiko Munro, negado al ejercicio de autoridad que sí han aplicado el resto de las autoridades municipales de la entidad, al asumir como suyas las recomendaciones que hiciera la gobernadora para proteger a la gente.

Con el fin de no compremeterse, no quiso actuar para evitar los tradicionales tumultos que originan las festividades del denominado Spring Break, ese que reúne a miles de morros y morras provenientes de los Estados Unidos que tomen el territorio mexicano para hacer lo que las leyes les prohíben en su país y que en esta ocasión, representan un grave riesgo para la salud pública, dada la incidencia del coronavirus en Arizona y California, puntos de origen de la mayoría de las y los enfiestados.

Tuvo que intervenir la Guardia Nacional y elementos de la Marina para desalojar las playas de ese balneario y sabe que mosca le picó al junior, porque hizo su berrinche en contra de las autoridades de salud y sus recomendaciones, negándose de plano a sumarse a la solidaridad que obliga la amenaza.

Ojalá que esa puesta en orden haya sido a tiempo y no haya saldos que lamentar, pero por lo pronto, bien el secretario de salud y mejor la cooperación y colaboración de las fuerzas armadas para eliminar un evidente y potencial foco de contagios.

Javier Hernández

Por otra parte reportan al buen amigo Javier Hernández Armenta haciendo larga antesala en las oficinas del secretario de Seguridad Pública Federal, su paisano Alfonso Durazo Montaño, en lo que se supone un pedimento de esquina luego de que el mentado zurdo ha andado en un muy mal traer luego de la indagatoria en proceso sobre presuntas irregularidades en la modernización de la carretera de cuatro carriles y su asociación con la empresa Pétreos y Asfaltos propiedad de su paisano, el empresario mayito, Uriel Silva Vela.

Nos comentan que por rumbos de su otrora jefe político, Manlio Fabio Beltrones, andan hastiados por lo que consideran un eslabón más de una cadena de traiciones de parte del exdirector del Centro SCT-Sonora, a quien además nos lo reportan muy integrado al proyecto electoral del empresario aspirante a contender por la gubernatura de Sonoras, Ricardo Bours Castelo, cuando se suponía estaba sumado a las aspiraciones de Ernesto Gándara Camou.

Sabe si Durazo Montaño le de un canillazo y lo salve de salir raspado al más longevo dirigente del PRI estatal, precisamente durante el gobierno de Beltrones Rivera en Sonora, aunque sus devaneos políticos de los últimos meses seguramente ya lo traen muy raspado entre los que lo consideraban un cuadro leal y que no daría razones para que su honestidad fuera cuestionada.

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