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Mientras en Sonora el Coronavirus embiste con toda su fuerza, a dos mil kilómetros de distancia se decide que la emergencia no es tanta y se cambia de rojo a anaranjado el semáforo epidemiológico; Las bandas del narco dirimen sus diferencias a balazos en la vía pública, y se provoca a la ya de por sí provocada Tribu Yaqui.

Este lunes es un día importante para los sonorenses, toda vez que de acuerdo a confusos criterios de la Secretaría de Salud Federal, en Sonora las llamadas empresas o actividades no esenciales podrán reanudar operaciones con aforos que no superen el 30 por ciento y guardando controles sanitarios para protección de empleados y clientela.

Es de dominio público que al menos en Hermosillo, donde nos consta, si importantes segmentos de población ni siquiera acataron condiciones restrictivas cuando el semáforo estaba en rojo, mucho menos serán responsables ante medidas más relajadas, con todo lo que ello implica y ha implicado en términos de contagiados y muertes durante las últimas semanas.

También este lunes se endurecen los términos de los retenes que opera la Tribu Yaqui sobre la carretera federal 15, que en el caso de la ordeña a la altura del llamado Danzante Yaqui en Loma de Guamúchil, éste será bloqueo total, en respuesta a una demanda de Telmex en contra de la etnia por supuestamente dañar cableado de fibra óptica que cruza por su territorio.

Alfonso Durazo

Desde hace un par de semanas los ánimos están crispados entre autoridades de los pueblos yaquis y sus guardias tradicionales, debido al anuncio de que en Hermosillo se pretende continuar con obras complementarias del Acueducto El Novillo y la demanda de Telmex viene a ser como la gota que derrama el vaso, cuando de acuerdo a los primeros indicios, los daños a la fibra óptica no fueron tantos y fueron ocasionados por operador de un trascabo de empresa particular sin relación con la etnia.

Además, la jornada lunática debe ser el tiempo límite para que el Secretario de Seguridad Pública Federal, Alfonso Durazo Montaño de a conocer el resultado de sus análisis de “autenticidad y temporalidad” de un video donde el Cartel Jalisco Nueva Generación alardea de su capacidad de fuego, de movilidad y reclutamiento, aunque de arranque aseguró que es un montaje.

“Ningún grupo tiene la capacidad criminal para enfrentar a las fuerzas de seguridad”, aseguró a pesar de que eso que niega ocurre todos los días en la mayor parte del país y en Sonora hay evidencias cotidianas a ese respecto, particularmente en lo que se refiere a la impunidad de los ajustes de cuentas entre bandas del narco, en un contexto en el que Durazo Montaño confunde como un reto al Estado, cuando se trata de dinámicas de confrontación entre grupos del crimen organizado.

A ver con qué sale el incompetente nativo de Bavispe o a ver con qué sale el ya de plano rematado presidente en su mañanera sobre el tema, ya que como se sabe, en los últimos días ha multiplicado exponencialmente sus capacidades para declarar estupideces, como eso de despreciar y descalificar la formación académica de mexicanos en el extranjero o vocifera bravatas contra quienes cuestionan el rumbo de su proyecto de nación, mientras que guarda respeto y silencio cuando se trata de demostraciones como la ya aludida del CJNG.

Enrique Clausen

Como sea, las consecuencias del simplismo de Andrés Manuel López Obrador, las fantasías positivistas de Durazo o la provocación de Telmex a la Tribu Yaqui, resultarán menores frente a los riesgos de una decisión, que de acuerdo a la tendencia de los últimos días, saturará los ya de por sí abarrotados hospitales de la entidad, considerándose que para el 15 de agosto podrían doblarse los saldos actuales de muertes y contagios en Sonora.

Es por lo anterior, que resulta sumamente oportuno el llamado de alerta del secretario de Salud de Sonora, Enrique Clausen Iberri, al advertir que este no es el mejor momento para aplicar en esta entidad los criterios del semáforo epidemiológico en el color naranja, ya que tal acción facilitará el incremento de contagios en la entidad y, por ende, la saturación de hospitales.

Si en color rojo la relajación social es evidente, ya nos imaginamos con la rienda suelta en el color naranja y con eso deberemos arrear quienes sí nos hemos comportado a la altura que demanda nuestra solidaridad humana en favor de nuestras familias, cuando vemos y sabemos de vecinos y conocidos que le dan vuelo a la hilacha en abierto reto al karma.

“Honestamente, aún no estamos listos para ceder un milímetro de relajación. No podemos relajarnos aún. No es lo más conveniente”, subrayó Clausen Iberri aunque podemos decir que predica en el desierto ante las fuertes presiones de quienes anteponen el interés económico por sobre la salud y la vida de las personas, y quienes a partir de este lunes jugarán volados donde la apuesta es la vida.

Claudia Pavlovich

Sabemos que el funcionario estatal dice las cosas porque le constan, así como le consta al esforzado y heroico personal sanitario, pero con cierta dosis de sentido común, de inteligencia y responsabilidad, todos deberíamos estar en condiciones de entender que los riesgos son mayúsculos y desde esa perspectiva acatar el confinamiento como se debe, al menos en esta etapa tan crítica.

Del gobierno federal poco o nada se puede esperar más allá de la retórica demagógica del presidente, quien este domingo volvió a recurrir a sus famosos decálogos de tan efímera existencia, que al menos en este último, se advierte que por fin procura ser empático ante la tragedia que viven casi 40 mil familias que han perdido a seres queridos a causa del Covid-19, luego de negarse sistemáticamente a servir de ejemplo en la promoción de medidas de protección contra el virus.

La gobernadora Claudia Pavlovich atiende todos los frentes pandémicos en un contexto donde la Federación no mete ni las manos y mucho menos presupuesto o esfuerzos de gestión de soluciones, y así debe construir condiciones de diálogo para que integrantes de la Tribu Yaqui no obstruyan la circulación en vías federales; atemperar ánimos ante decisiones irreflexivas que generan animosidad en dicha etnia; hacer de la Policía Estatal de Seguridad Pública el primer frente contra delitos de orden federal, y atender la emergencia sanitaria valiéndose de recursos estatales por la ausencia de solidaridad del gobierno de López Obrador.

Ocupado en grillas políticas y en amarres electoreros en Sonora, no es de extrañar el fracaso de Durazo Montaño, en uno de los rubros más importantes de la vida nacional, tanto en su estado natal como en el resto del país, pero lo más extraño de todo es que se mantenga en el cargo, al igual que ocurre con otros secretarios de gabinete cuya incompetencia rivaliza con la del presidente.

Ante el Covid-19, la falta de empatía de presidentes resulta mortal

Por cierto, en una pieza más para exhibir en el museo de la estupidez en México, increíble la retórica de López Obrador al considerar que quienes más daño le han hecho a México, son quienes han estudiado en el extranjero, en el marco de una fallida analogía que resultó como un escopetazo en una de sus patas, ya que en El Padrino de Mario Puzzo, nadie es mandado a estudiar el extranjero y tampoco al volver hizo mucho daño, además que la mayoría de su gabinete ha incrementado su currículum académico fuera de México.

Ese simplismo idiota que caracteriza al presidente de este país, lo lleva a tomar decisiones irreflexivas y extremas, como esa de entregar a las fuerzas armadas la operación y administración de aduanas, puertos y pasos fronterizos para acabar con la corrupción en esa instancia y de esa forma dar un paso más hacia la militarización del país.

El Ejército, la Marina, la Fuerza Aérea al parecer son las últimas apuestas del de Tabasco en todos los casos donde su proyecto de nación falla, que en el caso de la corrupción bien podría cortar de tajo cualquier riesgo y que militares ocupen las secretarías de su gabinete ya que tanta confianza les tiene.

Al respecto, en términos generales las fuerzas armadas tradicionalmente están cubiertas por un halo de honestidad, pero como que resulta exagerada la incondicionalidad presidencial, ya que para los comunes mortales no resulta extraño que se asegure que los principales arreglos de capos del crimen organizado, es con militares de alta graduación y tampoco es casualidad que los ejércitos del narco se nutran principalmente de exmilitares.

Miguel Ernesto Pompa Corella

En fin, a la pandemia del Coronavirus, los sonorenses debemos oponer mayores previsiones ante decisiones temerarias tomadas en oficinas a miles de kilómetros de distancia; el gobierno estatal deberá reforzar consensos con los Yaquis para evitar un conflicto mayor por la construcción de acuaférico en Hermosillo y la denuncia penal de Telmex contra la etnia, tareas en las que seguramente ya se avoca el secretario de gobierno, Miguel Ernesto Pompa Corella.

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