Una escapadita a Bahía de Kino permite saber del porque esa bella playa de Sonora se mantiene estancada como destino turístico, como si el tiempo se hubiera detenido en materia de servicios públicos, destacando por sobre todas las cosas el irresponsable cochinero que dejan visitantes.
En los alrededor de 15 kilómetros de playa, también llaman la atención las amuralladas mansiones cuyas escasos ventanales hacia el mar están protegidos con cortinas de acero y las decenas de propiedades en venta, terrenos, desde casas bastante dañadas hasta residencias, pasando por decenas de anuncios de departamentos en renta.
Llegamos al balneario más cercano a Hermosillo pocas horas después de torrencial lluvia que dejó inundado buena parte de Kino Pueblo o Kino Viejo y varios socavones por la avenida que lleva a donde está la “zona residencial”, que a falta de los tradicionales conos de advertencia, los automovilistas eran advertidos del peligro con camastros de playa.
El servicio de energía eléctrica estaba cortado y por ende tampoco había agua en la red, situación que se prolongó por tres horas en el caso de la luz y por casi 24 en el servicio de agua, que no es potable, pero que satisface necesidades del hogar, cuando hay.
Las condiciones del clima obviamente espantaron a visitantes y aquello lució no muy concurrido y los que estuvimos, el alto, fuerte y agitado oleaje nos mantuvo en la arena y el mayor riesgo fue mojar solo hasta las pantorrillas.
La anterior prospectiva resulta a fuerza de ser realista y en función de los diálogos con residentes permanentes, que en la mayoría de los casos laboran como veladores, albañiles o intermediarios en la promoción de espacios en renta o en venta, quienes reconocen el boom de la oferta inmobiliaria en los últimos meses.
Los prestadores de servicios de alimentación, como siempre, aunque con sus espacios desolados por la tormenta que derivó en sensible baja de visitantes, en el marco de un fin de semana que consideraron sería muy bueno por tratarse del previo al regreso a clases.
Se especula que en Bahía de Kino no se dispara o no se aplican inversiones importantes en infraestructura de servicios porque así conviene a los dueños del dinero en Hermosillo, ya que de esa forma mantienen al llamado Kino Nuevo como su playa particular, concentrando a visitantes foráneos en la zona de las palapas, dados los pocos accesos a la playa desde la avenida principal.
A pesar de los daños al pavimento en la zona, deslaves de tierra y evidentes estropicios en la zona de playa, sólo vimos a una patrulla de la policía municipal, quizás ocupados en la prioridad que representan los habitantes del poblado.
Abundan los perros callejeros y los vagabundos, estos últimos factores indispensables e insustituibles al promover el reciclaje, aunque su esfuerzo recolector resulta insuficiente ante la suciedad que dejan las visitas no solo sobre la playa, sino que la acumulación de basura se observa en todos lados.
Cierto que vimos trabajar una unidad recolectora, resultándonos extraño el que en el proceso de carga, los trabajadores de la comuna no recogieran lo que accidentalmente se les cayó o que dejaran sin llevarse el contenido hasta el tope de un tambo a menos de 10 metros del contenedor, criterios selectivos que a lo mejor nos los pudiera explicar el titular de servicios públicos, Norberto Barraza.
Por lo que recordamos, el último esfuerzo en serio por hacer a Bahía de Kino un destino turístico de calidad, se realizó por allá a principios de los años 80, cuando Virgilio Ríos Aguilera (QPD) como delegado municipal, interesó a potenciales inversionistas para construir un complejo de condominios, un gran hotel y una marina, resultando todo un fiasco por el acelerado deterioro de la economía del país causado por el lopezportillismo.
Tenemos entendido que la alcaldesa Célida López Cárdenas tiene un plan de acción para atender las necesidades de los habitantes de esa comunidad y la verdad es que debe tener buenas prospectivas dada su experiencia como residente de Puerto Peñasco por muchos años y testigo de cómo en ese municipio se crearon las condiciones para lograr lo que ahora es en materia turística.
Sabemos que la alcaldesa es entrona e innovadora, virtudes que a lo mejor pudieran aplicarse en esa bella playa del municipio a través de propuestas que muevan el interés de inversionistas y aproveche sus buenos contactos en el gobierno federal y por supuesto con la gobernadora Claudia Pavlovich para ponerle algo más a lo mucho que le falta a ese destino turístico.
Bahía Kino podría ser un filón de oro como factor recaudatorio para el ayuntamiento de Hermosillo, si no sólo se concretaran a campañitas inocuas para atraer turistas, cuando mediante el esfuerzo conjunto con el Estado y la Federación, se pudieran promover inversiones para que esos visitantes reciban servicios de calidad.
Son fregaderas que no haya un solo hotel cuando menos con una estrella, sin dejar de reconocer la buena calidad de departamentos y casas que se ofrecen en renta, aunque sus precios, en muchos de los casos, sean prohibitivos para el turismo popular.
Cuando menos el Ayuntamiento debiera ponerse las pilas para que al igual que ocurre en la cabecera municipal, también se obligue a propietarios de lotes a mantenerlos limpios, ya que incluso sobre la vía principal se observan cochineros, cuantimás si se adentra uno por las maltrechas callejuelas más allá de la zona de playa, donde el abandono es dramático, con construcciones inconclusas, lotes francamente enmontados y abundantes anuncios de venta.
Como decíamos, las anteriores consideraciones son a fuerza de ser realistas sobre lo que es Bahía de Kino y lo que podría ser, pero que a fuerza de ser idealistas, a pesar de las fallas en los servicios de luz y de agua, tuvimos un par de días de absoluta placidez bajo pertinaz llovizna, un clima ideal y un hábitat en condiciones idóneas propiedad de amigo nuestro.
En fin, urge que en Bahía de Kino se apliquen políticas de largo plazo que vayan más allá de la prestación de servicios públicos elementales o de inversiones y proyectos transitorios y casuísticos que luego quedan al garete o sujetos al estado anímico de autoridades en turno.
Por cierto, tal como lo propone la diputada federal Lorenia Valles Sampedro, excelente sería ampliar a cuatro carriles la carretera 100, aunque dicho proyecto debería ser acompañado por promociones de inversión en infraestructura turística en el balneario, que no sólo sean fastuosas residencias de particulares en la orilla de la playa.
Por lo demás, a causa de nuestro asueto playero no pudimos ir al CUM para ver la pelea del Gallo Estrada y el morenito peleador gabacho, acontecimiento deportivo histórico debido a la conjunción de factores como lo son la voluntad del pugilista de hacer su primera defensa de su título mundial en Hermosillo y el decidido esfuerzo de la gobernadora Claudia Pavlovich para jalar a la casa promotora para que la pelea se realizara en la capital de Sonora.
Vimos por tele la función y la verdad es que el CUM estuvo a reventar, tocándole al Gallo salvar la honra de los peleadores locales, ya que a excepción de él, todos mordieron el polvo frente a adversarios foráneos, derrotas que quedaron en el olvido luego de la tunda que el de Puerto Peñasco le dio al negrito en el noveno raund, aunque es de reconocer que le dio batallita porque lo consintió.
Por otra parte, siguen los desbarres declarativos del presidente Andrés Manuel López Obrador, cuya última pincelada de incongruencia es reconocer el cero crecimiento de la economía del país, aunque por otra parte asegura que hay mejor distribución de la riqueza a través del asistencialismo de su gobierno.
Que alguien le diga al tabasqueño que si no hay crecimiento económico no habrá distribución de riqueza para nadie y que los recursos del Estado no serán suficientes para ser repartidos.
Su aldeano conocimiento de la economía, no le permite tener una visión de estadista y se conforma con la inmediatez y a los efectos de bote pronto, que incluso lo llevan a la ociosidad tuitera para dejar ver también su incongruente geometría ideológica al calificar a Jorge Luis Borges como un escritor de derecha, en tanto que tiene como su jefe de gabinete, Alfonso Romo, reconocido empresario de la extrema derecha, admirador de Augusto Pinochet y Marcial Maciel y cuya ideología se entrevera con el Opus Dei y los Legionarios de Cristo.
Otra cosa es la barrabasada de equiparar, aplicar tabla rasa en el trato que su gobierno le da a integrantes del crimen organizado y a los ciudadanos decentes de este país, porque según se estrecho entendimiento también los criminales son pueblo y seres humanos, y así se la lleva y así va rumbo a su informe este 1 de septiembre.
Y si Luis Donaldo Colosio reviviera, asqueado se volvería a morir al enterarse que un alienado, un troglodita y estupidizado sujeto promueve en Sonora la creación del Partido Colosista de Sonora. De plano son chingaderas el activismo de ese repelente orate cuyo nombre no citaremos, porque este espacio no tiene lugar para cuachas.
