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Uno de los grandes peligros que enfrenta la humanidad en las próximas décadas son las llamadas superbacterias: bacterias que son resistentes a los antibióticos. Y por si fuera poco, ahora un nuevo estudio publicado en Environmental Science and Technologyha encontrado que los genes de resistencia a los antibióticos se están propagando por el aire.

Los genes de resistencia a antibióticos de las bacterias no solo se heredan a través de la reproducción, sino a través de un proceso llamado transferencia horizontal donde las bacterias se replican y donan genes a otras bacterias a través de una pilus (una estructura en forma de pelo).

Sin embargo, las bacterias ni siquiera necesitan estar vivas para transmitir sus genes en forma horizontal, porque una vez que mueren, liberan todo su interior en su entorno, dejando sus pequeños paquetes de ADN para las otras bacterias en el ambiente.

Para empeorar las cosas, tanto las bacterias muertas como las vivas pueden moverse fácilmente por el aire, diseminando así sus genes en el exterior. Ahorra, una colaboración internacional dirigida por investigadores de la Universidad de Pekín encontró que estos genes están el aire en todas partes

Un estudio en 19 ciudades

Entre 2016 y 2017, el equipo estudió 30 tipos diferentes de genes de resistencia a los antibióticos en el aire en 19 ciudades de todo el mundo, incluidas San Francisco, París, Zúrich, Seúl y Florianópolis en Brasil. Los científicos descubrieron que Beijing (China) y Brisbane (Australia) tenían los tipos más diferentes de genes de resistencia a antibióticos en el aire, pero San Francisco tenía el nivel más alto en general.

Para hacerlo más aterrador, los investigadores creen que la inhalación de los genes de resistencia a los antibióticos en el aire podría conducir a la propagación de esta resistencia en nuestros pulmones y terminar afectando nuestro sistema inmunológico.

“Debido al transporte aéreo, las regiones remotas incluso sin usar antibióticos podrían estar expuestas a los genes de resistencia a antibióticos de ‘segunda mano’, que inicialmente se desarrollan en otras regiones pero se transportan a otros lugares”, escribió el equipo. Aún más preocupante, genes resistentes a la vancomicina (un antibiótico de último recurso para el tratamiento de MRSA) se encontraron en el aire de seis ciudades.

Los orígenes de la bio-contaminación

Los investigadores creen que la contaminación biológica podría tener su origen en las plantas de tratamiento de aguas residuales, los hospitales o las operaciones de alimentación de los animales. Por ejemplo, las aguas residuales pueden tratarse con antibióticos que pueden llevar a los supervivientes a transmitir sus genes de resistencia a los antibióticos. También es probable que se formen aerosoles en las aguas residuales, lo que podría ser un problema si luego se propaga a las áreas vecinas.

El equipo enfatiza que esto no es lo único o lo más importante a tener en cuenta cuando se investiga la resistencia a los antibióticos en las poblaciones, pero sí recuerda que ha sido algo que normalmente se ha pasado por alto.

“Entre las células detectadas en el aire urbano, esas bacterias viables en el aire portadoras de diferentes genes de resistencia a antibióticos ciertamente pueden causar más daño que los genes mismos y las células muertas portadoras de genes”, agregaron los investigadores. “Sin embargo, las consecuencias microecológicas a largo plazo para la atmósfera y el sistema respiratorio humano como resultado de la exposición de genes de resistencia a antibióticos en el aire aún no se han explorado”, finalizan.

Fuente: nmas1.org

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