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Lilly va a analizar la capacidad de un nuevo fármaco basado en anticuerpos para evitar la infección por coronavirus en 2.400 personas. Hasta que aparezca una vacuna, el enfoque consiste en inyectar anticuerpos capaces de luchar contra la enfermedad durante las semanas o meses que permanecen activos en el organismo

Según la empresa farmacéutica Eli Lilly, el personal de enfermería y los pacientes en algunos centros de vida asistida de EE. UU. van a empezar a recibir un medicamento de anticuerpos para analizar su eficacia para prevenir la infección causada por el coronavirus (COVID-19).

El fármaco: al principio de la pandemia de coronavirus, las empresas buscaron anticuerpos potentes contra el nuevo virus en la sangre de los supervivientes de COVID-19. El medicamento de Eli Lilly consiste en una de estas proteínas en forma de Y, un anticuerpo natural fabricado a gran escala.

El ensayo: para llevar a cabo el estudio, que involucrará a 2.400 personas, Lilly trabajará con los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU. para identificar los centros de tercera edad con brotes de COVID-19. En algunas áreas, los residentes de estos centros representan la mayoría de las muertes por COVID-19.

Cómo funciona: al igual que otros anticuerpos naturales, el de Lilly debería atacar al virus y bloquearlo. Otros tratamientos con anticuerpos similares han demostrado efectividad contra el ébola, pero el objetivo en este caso consiste en prevenir la infección al administrar los medicamentos de forma previa. Se sabe que la prevención con anticuerpos funciona. Una vacuna de anticuerpos que previene el VSR (la infección respiratoria que afecta a los recién nacidos) se administra a los bebés.

Inmunidad pasiva: las vacunas exponen al cuerpo a una parte del patógeno, lo que genera una “inmunidad activa”: el cuerpo aprende a producir sus propios anticuerpos contra un germen específico. Añadir los anticuerpos artificialmente genera inmunidad “pasiva” que dura solo mientras los anticuerpos siguen activos. Los investigadores aseguran que los anticuerpos, administrados generalmente por vía intravenosa, pueden permanecer en el torrente sanguíneo durante semanas o meses.

Plan B: Los tratamientos con anticuerpos podrían llegar al mercado antes que una vacuna. Podrían representar un gran paso para proteger a los trabajadores sanitarios y a los más vulnerables. Un reciente informe del American Biodefense Institute se refiere a la inmunidad pasiva como “la próxima generación de respuesta ante una pandemia”.

Fuente: technologyreview.es

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