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Hoy, en Hermosillo, y con la intención de que repercuta en todos los rincones de Sonora y del Claudia con niños sentimiento y la conciencia de sus habitantes, la gobernadora Claudia Pavlovich marca el inicio de un importante programa preventivo de salud pública y de rescate de buena parte del tejido social, especialmente en el segmento de los jóvenes, ciertamente dañado por la drogadicción.

“La verdad del Cristal”, se denomina la campaña, encaminada a que el núcleo familiar principalmente, y por supuesto los sectores donde palpite el corazón de un niño, de un joven, de un hombre, de una mujer, tenga en sus manos y en su inteligencia la verdad sobre el dramatismo de esta droga que doblega voluntades y convierte a los seres humanos en batallones marchando, inexorables, hacia la muerte.

Todas las instituciones de Gobierno en Sonora, se involucran en la cruzada, aportando información, abriendo canales de comunicación con la sociedad, definiendo escenarios reales de lo que sucede con el uso de las anfetaminas y la forma en que degradan voluntades, quebrantan lazos familiares, dañan el entorno social, generan violencia, prostitución, delincuencia. Acaba con vidas propias y ajenas…

Creo que los diputados de Cajeme, Emeterio Ochoa, Kiki Díaz Brown, Brenda Jaime, Omar Guillén, Faly Buelna, tienen laNiños en escuelas de Sonora oportunidad de presentar ante el Congreso Local una iniciativa con vocación de decreto, para que los contenidos educativos sean reformados en el nivel básico en la Entidad.

Es decir, que se integre como obligatoria una asignatura en primaria y secundaria sobre la destrucción en todos sentidos que provoca el cristal y otras drogas.

Pero que no sea una materia intrascendente, pasajera y sin repercusiones en el historial educativo de los menores. Por el contrario, que se considere indispensable cursarla con calificaciones aprobatorias o reprobatorias para que sea parte sustancial del bagaje humano y formativo de los futuros ciudadanos. Que se considere equiparable en importancia con las Matemáticas, el Español, y otras ciencias cuyos contenidos son imprescindibles en la definición de futuros profesionistas.

Lo mismo deberá suceder en ámbitos, fuera del control escolar, como en ligas deportivas, integración de equipos de barrios, grupos culturales, donde tendrían que propiciarse códigos de ética enfocados contra las drogas, pudiendo motivar a niños y jóvenes con un juramento de profilaxis social, espiritual y física, contraído pública y masivamente, para que se genere una semilla histórica que marque un compromiso irrenunciable de las nuevas generaciones.

Artesanas sonorenses Ese juramento, podría comenzar con un: Yo sonorense, expreso y juro ante mis padres, mis hermanos, mis vecinos, mi colonia, mi barrio, mi comunidad, mi Municipio, mi Estado, mi Patria, defender mi dignidad, cuidar mi salud física y mental. Abominar de las drogas. Construir caminos de esperanza y de buena voluntad como el ser humano que soy, producto de una familia, con disposición para conformar, a partir de ahora y siempre, el barro formidable y vital de la mujer, del hombre nuevo.

¿Acaso, no sería maravilloso escuchar a miles de niños y jóvenes de las escuelas en cada comunidad, dejar testimonio legítimo de su amor por la vida, por la libertad, por sí mismos, por sus semejantes, por su tierra?…

El vino dulce de la poesía, recorre, tibio, mis venas. Aleja el frío nocturno. Disipa el viento que baja aullando desde el Bacatete, cargado de recuerdos…

Releo a Neruda, quien llenó con sus versos a mi generación, desde Crepusculario, Veinte poemas de amor y una canción desesperada, hasta el Canto general, recuento de nombres y actitudes, de historia viva de América. De pasión por rebautizar montes, ríos, civilizaciones antiguas y el eterno sacrificio indígena en defensa de su heredad.

Hay un poemario formidable del inmenso juglar chileno, que me emociona, Las manos del día: Elogio, homenaje, a artesanos, a obreros, a mujeres y hombres que construyen con su esfuerzo, su pasión laboral cotidiana, las estructuras para que las patrias se sostengan. Para que existan caminos, puentes, escuelas, hospitales, surgidas de su capacidad de trabajo.

Ese tomo, que vio luz y encendió conciencias en 1975 en Argentina, elaborado por Editorial Losada, se abre con un poema titulado El culpable, que aquí le reproduzco:

“Me declaro culpable de no haber hecho,/ con estas manos que me dieron,/ una escoba./ ¿Por qué no hice una escoba?/ ¿Por qué me dieron manos?

“¿Para qué me sirvieron/ si sólo vi el rumor del cereal,/ si sólo tuve oídos para el viento/ y no recogí el hilo de la escoba, verde aún en la tierra,/ y no puse a secar los tallos tiernos/ y no los pude unir/ en un haz áureo/ y no junté una caña de madera a la falda amarilla/ hasta dar una escoba a los caminos?

“Así fue:/ No sé cómo se me pasó la vida/ sin aprender, sin ver,/ sin recoger y unir los elementos.

“En esta hora no niego que tuve tiempo,/ tiempo,/ pero no tuve manos,/ ¿y así cómo podía/ aspirar con razón a la grandeza/ si nunca fui capaz de hacer una escoba,/ una sola,/ una?”.

Es admirable la fe con que un hombre le canta a la humildad y a las manos de artesanos y obreros, pero también les dejaesparto woman hands handcrafts Mediterranean una lección a los políticos, aquellos que creen que con discursos, poses y protagonismos, se edifican los pueblos, las comunidades, los municipios, la patria; ignorando a quienes, ayer y ahora, son el motor que mueve la economía, los que entregan, a veces la vida e íntegros sus salarios para que no los dejen sin agua, para que no los llenen de oscuridad suspendiéndoles el servicio eléctrico, para que les permitan sobrevivir…

¿Tendrán valor nuestros funcionarios, regidores, diputados, para declararse culpables de que a su paso por los puestos de representación popular, no haber sido capaces de construir un solo puente por donde transite y llegue la justicia social…?

Le saludo, lector.

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