“No es lo mismo estar dormido, que estar durmiendo; porque no es lo mismo estar jodido…que estar jodiendo” Camilo José Cela. Escritor español.
LO CLARO: “Un regalo de reyes” para los pacientes. Así les consideraba el Dr. José Castro Villagrana (director del hospital Juárez, en México en 1930) a quienes profesan la práctica de la medicina a través de la noble tarea de la enfermería.
Por este ‘mote’ se instituyó el 6 de enero en nuestro país, distinto del 12 de mayo que es el día internacional de enfermería.
El ejercicio de los cuidados de la salud, datan en la historia desde el año 250 a.C. y tienen como principal ánimo, el emular a los cuidados maternos en la preservación de la vida de aquéllos que cuidan.
La enfermería moderna (1860) encuentra en la inglesa Florence Nightingale a su primer modelo conceptual de enfermería. Un servicio muy demandado y a partir de Florence, profesionalizado y respetado como tal.
El primer contacto de salud y sensibilidad, lo encuentran en la figura de un experto de la enfermería.
De esta premisa, reconocemos el constante esfuerzo que realizan en la academia para preparar a quienes serán las encargadas de acompañar en el restablecimiento de la salud de quienes padecen un mal.
La Universidad Autónoma de Tamaulipas implementa postgrados con énfasis en cuidados intensivos, en pediatría, oncología y en salud pública.
Sí, son ángeles de la salud y un ‘regalo de reyes’…
LO OSCURO. Ni con mucho se parecen los siguientes dos términos: ‘urgente-importante’.
Quizá la conceptualización de los vocablos, nos hagan recapacitar que es en base a ambos, como regulamos la vida cotidiana del hogar, del trabajo… ¡del gobierno!
De este modo, en el hogar destinamos los recursos que obtenemos en base al esfuerzo laboral, a cumplir las necesidades ‘urgentes’ en referencia a que son imponderables; dejando lo importante para después.
Salir despavorido de casa, si ésta se incendia, es una medida urgente.
Si se presenta el mismo problema, pero se cuenta con extintores, es haber realizado acciones importantes.
También las decisiones laborales nos hacen considerar el apostar a lo urgente, en el entendido que lo importante puede esperar.
Urgente puede ser conseguir empleo, sea cual fuere. Es necesario allegarse recursos. Pero más importante, será el obtener aquél que remunerará en base a las habilidades y conocimientos. No es verdad que por mucho tiempo que se pase en el trabajo, serán mayores y mejores los ingresos. Todos nuestros hermanos taxistas, serían riquísimos (salvo los uber).
En fin.
Tal situación, impera igualmente en la toma de decisiones gubernativas.
En México, vivimos en una cultura de gobierno de ‘urgencias’.
Quizá ayudará a ser mayormente imaginativos la última reforma política, que faculta a la reelección inmediata a presidentes municipales y diputados locales.
El sentido de urgencia –ya disminuido- les redundará en realizar acciones de más largo plazo. No hacer banquetas, medio-tapar baches y hacer parques como único motivo de gobierno.
Malasia hizo una reestructuración y apostó la totalidad de sus recursos públicos a preparar a los jóvenes en materia de tecnología. Sólo a eso.
Tardaron más de diez años en egresar sus primeros frutos y hoy, son potencia mundial, apenas por debajo de Alemania (TI).
Chiapas –estado- hizo una apuesta similar. En lugar de considerar inversiones cuantiosas en ‘emprendedores’ o en apoyos asistenciales a productores sociales (como los llaman los gobiernos para garantizar el próximo voto electoral) ahí invirtieron recursos públicos en plantaciones forestales que en 15 años, generarán riqueza a los que creyeron hoy, en que lo importante es más trascendente y requiere más tiempo de ‘cocción’.
COLOF├ôN: Conste. Tampoco estamos tan urgidos, como para que a la primera silla llegue ‘uno’ que tiene 18 años tirándole… podemos seguir esperando. No hay bronca.
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