En realidad, la clase política del país, los integrantes de partidos, y ahora la versión de aspirantes a candidatos independientes, no dejan de estar en movimiento.
Su labor es gradual, a medida que se acercan los tiempos electorales. Y se vuelve evidente que ese acontecimiento asoma ya su horizonte, porque en septiembre-octubre instalará el INE la estructura que dará pie a una serie de acciones que desembocarán en los comicios del 3 de junio de 2018.
Por ello, existe todo un proceso de maduración entre los partidos señeros de México, es decir, PRI, PAN, Morena, PRD, para abanderar a sus candidatos a la Presidencia de la República. Aunque en el caso del partido Movimiento Regeneración Nacional, para nadie es un secreto ni existen dudas, que sus cartas están sobre la mesa mostrando sus colores, la figura y el ideario de Andrés Manuel López Obrador.
Las incógnitas se presentan en el PRI, PAN, PRD, donde afloran las luchas intestinas de grupos, por el afán de lograr la nominación de sus ases.
En el PRI, las auditorías ciudadanas y partidarias, ubican a Miguel Ángel Osorio Chong liderando las encuestas, aunque seguido de cerca por Manlio Fabio Beltrones, y el surgimiento de una tercera vía que avanza poderosamente con el perfil humanista del doctor José Narro Robles, actual secretario de Salud, y de quien, si se analizan los conceptos medulares del discurso que pronunció en la ceremonia conmemorativa de la muerte de Luis Donaldo Colosio –sobre todo en su parte final-, se vislumbra un auto destape, y entre líneas se percibe la autorización surgida desde el núcleo de Los Pinos, donde su inquilino principal, Enrique Peña Nieto, busca hacer valer la fortaleza que ha perdido a lo largo de un sexenio accidentado, de pesos y contrapesos, con notoria ausencia de autoridad moral, y por ende política.
Referente al PAN, el instituto fundado por Manuel Gómez Morín está enfrascado en una sorda lucha protagonizada por Margarita Zavala, Rafael Moreno Valle y Ricardo Anaya, quien, intrínsecamente, les lleva una deshonesta ventaja, ya que además de aspirante preside el CEN panista, lo que le permite manejar los hilos y los recursos del entramado azul interno y externo, con posibilidades de abrir pactos entre partidos y grupos de poder -incluso oficiales-, con mayor soltura y efectividad.
El PRD, como en todo el país es sabido, se encuentra desdibujado y carente de principios. Le devoraron las entrañas las ambiciones de sus prohombres y mujeres, lo que indica que ni refundándose alcanzaría las glorias de antaño.
Interesante, sin duda, el panorama político nacional, al que no escapan Entidades y Municipios como Sonora y Cajeme; donde, ciertamente, en varios aspectos las condiciones objetivas y subjetivas que viven sus partidos en lo general, no son las mismas que se presentan en sus espacios solariegos, porque es preciso diferenciar algunas particularidades.
Por ejemplo el PAN -que a nivel nacional crece-, en la Entidad sigue contra la pared por las conductas de corrupción que se practicaron en el “Nuevo Sonora” encabezado por Guillermo Padrés; y aunque se sospechen una serie de arreglos en altos niveles a favor del ex gobernador y su familia, los propietarios de los votos no tomarán en cuenta esas maniobras político-jurídicas, y llegarán a las urnas el año próximo llevando en su memoria el estigma del saqueo panista que la misma clase política -desde otras siglas-, le magnificó, aunque ahora se pretenda atemperar la gravedad de los delitos como por arte de magia.
Esto permite sopesar que en las elecciones que se prevén en los ámbitos federal y municipales, el PRI seguirá siendo el enemigo a vencer; porque el sentido común y las evidencias establecen que Morena, órgano que podría hacerle contrapeso, está equivocando el camino por la conducción extrema de sus líderes, quienes más que ayudar a AMLO y darle dimensión social, lo han convertido en un personaje intolerante, que no suma, porque las cabezas estatales de Morena actúan donde sospechan que hay corrupción, presuntas desviaciones de los Gobiernos, y sin evaluar primero la verdad y las consecuencias que podrían traer consigo para la gente que involucran en las luchas emprendidas, incluso haciéndolas perder sus empleos, arremeten con todo, buscando más que justicia, abrir plaza a través del beneficio mediático de los reflectores.
Por lo demás, en el proceso que viene tendrán espacio los partidos bisagra, aquellos que desdeñan sus fortalezas reales y se someten a sobrevivir con los apoyos de institutos que los contratan, triangulando la captación de votos para hacer boquetes a algún candidato fuerte, debilitándolo en sus aspiraciones, como ya sucedió, y cuya historia podría repetirse.
Le saludo, lector.
